Trevor

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Mi reloj rojo junto con mis suspiros de frustración son la única triste melodía que llena mi habitación. Mentalmente no estoy totalmente lista para salir, puesto que mi conciencia trata de hacerme entender a gritos que no es correcto huir. Puede que me arrepienta de esto, y me pase noches en vela regañándome a mi misma por haber engañado a mi madre. Esta mañana no me dio un "sí" como respuesta a mi petición de dejarme ir al cumpleaños número 18 de mi mejor amiga Fiona. Era patético, tengo 17 años, si, pero muy cerca de los 18, y me muero de ganas de que llegue el día en el que los cumpla, me gradúe y me convierta en una adulta con mi propio hogar y mis propias reglas. Le insistí mucho, tenía muchas expectativas con respecto a lo que podría pasar en la fiesta de Fiona, estaba totalmente segura de que mi madre me permitiría ir. Pero como no fue así, el orgullo que llevo por dentro es lo que me incita a salir por esa ventana a divertirme en la casa de Fiona. «No es tan grave», me repito, «estaré en la cama antes de que ella se levante a hacer el desayuno, y jamás sabrá lo que hacía mientras ella dormía tranquilamente en su cama». Mi reloj colgado en la pared me indica que ya son las once de la noche, hora de irme.

Consigo salir por la ventana y cerrarla sin hacer nada de ruido. Y giro para caminar hacia la casa de Fiona, que no está muy lejos de la mía, sólo a unas cuantas cuadras. La fría brisa que me regala esta noche no es cómo las otras, de alguna manera es... diferente, pero no en el buen sentido. A mi lado izquierdo está la zona del bosque, uno que me causa terror desde muy niña. Tiene ese deje sombrío y terrorífico, pero a la vez fantasioso, cómo esos cuentos que algunos usan para asustar a los niños que tienen un mal comportamiento, ese típico bosque en donde habitan hadas, duendes y brujas que en la noche van en busca de su comida favorita: Niños malcriados.

El viento sacude la punta de los árboles del bosque, y me detengo para contemplarlo, la luna junto a las estrellas iluminan la noche de una manera hermosa. «Desearía que así fueran todas las noches». Jamás me había detenido a contemplar el bosque, o al menos no a la media noche.

Pero toda esa paz y tranquilidad que me inspiraba esta noche se esfuma de repente, cuando un grito masculino sale del bosque, seguido de otro. Mi mirada se concentra en la oscuridad del bosque, pero a pesar de eso no alcanzo a ver nada, sólo oscuridad. Tal vez fue mi imaginación... no, un grito así no pudo haber sido mi mente jugándome una broma. Finalmente opto por acercarme a averiguar, cruzo la carretera que me separa del bosque, no sin antes mirar a los lados por si se acerca un auto, y me apoyo en el primer árbol que veo.

Una figura negra choca contra una gran roca y cae al suelo, mi corazón palpita rápidamente mientras de inmediato me adentro en lo profundo del bosque para observar mejor, si es una persona o animal, de seguro está herido, nadie ni nada choca contra una enorme roca de ese modo tan violento y sale ileso. Con mucho cuidado, me escondo en el árbol más cercano y veo a un hombre recostado junto a una roca. Es calvo, de piel oscura y vestido de un modo bastante extraño, pues usa una camiseta blanca y un abrigo de cuero negro, con zapatos y pantalón negro también. No es que nadie haya vestido así, sino que no es común ver a alguien usando esas prendas por aquí. Mucha sangre sale de su ancha nariz y boca, luce débil.

Delante de él, agachado, hay otro hombre mirándolo fijamente, su piel es clara, cabello castaño y ojos marrones. Pero hay algo en él que me hace querer saber de dónde viene; es hermoso, ridículamente hermoso, cómo un chico quimérico, cómo de un sueño. Con una sonrisa maliciosa, lo mira con rencor.

-Bueno, ¿has entendido ya?, me refiero a las consecuencias por intentar matarme -le pregunta el chico de piel clara.

El hombre recostado ríe, pero tose a causa de eso y le escupe sangre al rostro que tiene al frente.

-Vamos Trevor, mátame ya, sé que eso sería bastante divertido para ti.

Trevor limpia con ira la sangre de su rostro con la manga de su chaqueta.

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