Un Brujo

246 13 4
                                    


Me duele la espalda. Y mis rodillas y pies están doloridos. Cuando abro los ojos, veo una fina tela blanca que cubre todo mi cuerpo. Al retirarla con mis manos, me doy cuenta de que no estoy en mi habitación.

Me doy cuenta de que lo que pasó anoche no fue una pesadilla.

Me doy cuenta de que es la realidad.

Es entonces cuando me desespero, ¿cómo puede pasarme esto a mi?. Debo respirar lentamente y no perder la calma. Ahora, lo que necesito hacer es concentrarme en salir de aquí y no dejar que la desesperación se apoderé de mi y me haga dar un mal paso. Los recuerdos de anoche no los tengo muy claros, lo que sí recuerdo perfectamente es la imagen de los ojos completamente grisáceos de Trevor. Le hecho un vistazo al lugar, a ambos lados de la cama se encuentra una mesita de noche de color crema, el suelo es de madera oscura y un gran armario color crema al lado de la ventana. La luz del sol pasa en pequeños rayos a través de las cortinas y escucho a los árboles sacudirse con el viento. Aún me encuentro en el bosque, pero no recuerdo haber visto o escuchado sobre alguna cabaña, casa o algo parecido en este bosque.

Escucho pasos. Detengo mi respiración por un momento para así poder escuchar mejor. La madera del suelo rechina y rechina detrás de la puerta, el ruido se hace un poco más fuerte y luego calla un poco. Busco mi celular rápidamente, recuerdo que lo llevaba en el bolsillo de mi pantalón. Bajo mi mano hacia éste, pero no está ahí. ¡Me ha quitado mi celular!.

Escucho que se acerca de nuevo. Debo pensar rápido, buscar algo con lo que pueda atacar y huir. Siento como si el tiempo se detuviese, como si estuviera en esas escenas de cámara lenta en una película. En un intento desesperado por tratar de encontrar algo con qué defenderme, lo que alcanzo a tomar entre mis manos es un reloj digital rectangular de la mesita a mi lado y me recuesto de nuevo como si no me hubiera despertado antes. Escucho la puerta abrirse con un chirrido y unos pasos acercarse lentamente, al cabo de unos segundos el peso de un cuerpo hace hundir levemente la cama a pocos centímetros de mis pies.

Abro los ojos sin moverme y veo un cuerpo masculino sentado en la cama dándome la espalda.

Mi corazón se acelera y mis manos comienzan a sudar. Reconozco su silueta como si le conociera a él desde hace años, y eso me asusta. Me levanto lentamente con el reloj en mi mano alzada para pegarle con la punta de éste en la cabeza de Trevor, quién sentado se soba la sien con sus manos. No quiero matarle, sino dejarle inconsciente; aunque en realidad desconozco lo que podría pasar.

Es mi oportunidad.

Pero antes de que mi mano esté a poco centímetros de él, la mano de Trevor toma mi muñeca al mismo tiempo en el que se voltea hacia mí en un ágil movimiento, obligándome a soltar el reloj que pudo haberme ayudado a escapar.

En el momento en que tomó mi muñeca, recuerdo esa sensación extraña de electricidad recorriendo mi cuerpo, empezando por mis manos. El tacto, por tensa que es la situación, se siente curiosamente bien.

-No es necesario pelearnos esta vez, Alice -dice Trevor, con voz calmada.

Se me ponen los pelos de punta al escucharle decir mi nombre, jamás le dije como me llamo. No le contesto y le doy una bofetada con mi mano libre.

-Bueno... -comienza a decir, volviéndose hacia mi y llevándose una mano a la mejilla.

Pero le interrumpo levantando mi rodilla con todas mis fuerzas y golpeando, por lo que sé, la parte del cuerpo más débil de un hombre. Trevor baja sus manos hacia su dolorida entrepierna mientras se tira al piso con un gesto de dolor en el rostro, liberándome por fin de su agarre. Salto de la cama para correr hacia la puerta, pero Trevor agarra fuertemente mi tobillo y caigo al suelo.

Magic WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora