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La hermana Maria me zarandeó para que me levantase de la cómoda colchoneta que usaba como cama, y yo, respondí exhausta lo mismo que todas las mañanas.

-No quiero ir hoy.

-Pues, no me importa -Me quitó la sabana de un tirón, muy impaciente, como siempre-. Te levantas y ya, que tengo que recibir a la hermana Julia en 10 minutos. ¡Vamos, niña!

Desayune una manzana roja, mientras caminaba y arrastraba una sucia mochila hacia el colegio, junto a Warren, un amigo. Me contaba un poco sobre el examen, por que me había olvidado de estudiar.

Tuvimos que separarnos apenas entramos a clase, ya que yo estaba ubicada delante de todo, debido a mi escasa vista, y Warren en el fondo, para poder distraerse dibujando o algo así. Lo admito, haría lo mismo si dibujara así de bien.

Levanté mi mochila del piso y abrí el primer bolsillo, ahí guardaba sabiamente mi celular. Prendió la pantalla y se oyó la campana sonar, entonces maldije internamente y volví a guardarlo.

La puerta se abrió, pasando la profesora seguida por un chico que no me resultó simpático en lo más mínimo, es más, me cayó mal -y eso que no juzgo personas sin conocerlas-, pero fue una sensación extraña. Como si lo conociera, pero al mismo tiempo no lo recordara.

-Buenos días -saludó ella, obligándonos a permanecer callados-. Por favor, reciban bien a un nuevo alumno, Alec Wood. -se oyeron murmullos, pero yo seguía muy concentrada en los zapatos que traía puestos. En verdad no presto atención por las mañanas- ...Con Wendy.

Levanté mi vista, intrigada. En ese entonces, tenía todo tipo de miradas sobre mí, algunas recargadas de envidia -como las de Delia-, otras de lástima -como las de Warren-, y las demás eran irrelevantes, no los conocía. Pude notar que el salón estaba lleno de alumnos, y el único lugar libre era junto a mi.

¡Chanfles!

-¿Vas a mover tus cosas? -levante la cabeza, un poco perdida.

-Oh, si, si. Lo siento.

Guardé todo como pude en mi bolso, sin ordenarlo, como suelo hacer. No me importó en lo más mínimo, el me daba pavor y no lo quería molestar.

Cuando la profesora dio las hojas del examen, me pregunté ¿como haría el chico nuevo? La verdad, es que yo no había estudiado, pero sabía mucho más que él. Y sintiendo la necesidad de caerle bien, le ofrecí ayuda. Esperaba un sí, una afirmación, alguna señal de vida, pero se limitó a observarme con desprecio.

-Bien... -susurré. Ni siquiera se por qué.

Empecé a morderme las uñas, cuando leí las preguntas en el papel. Todo me provocaba nerviosismo, en especial teniendo a Alec junto a mi.

-Oye -me habló y yo lo miré, aturdida por su comportamiento-, deja de morderte las uñas. No me gusta.

-¿Se supone que me importe?

-Pues, si, -alzó una de sus tupidas cejas- estas al lado mío.

-Tu te sentaste aquí, si quieres junta tus cosas y largate.

-Callate -me advirtió.

-¿Que me calle? Ya ver...

-¡Wendy, cierra la boca! -gritó la profesora, levantándose de su silla. Apenada, pedí perdón.





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⏰ Última actualización: May 08, 2016 ⏰

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