Cuarto día

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Carina.

Así se llama.

No entiendo cómo he podido averiguarlo, o más bien, recordarlo. Simplemente, ella y su nombre han despertado en mi cabeza al instante de abrir los ojos esta mañana.

Siento que ella tiene algo que ver en todo esto, o por lo menos, que se trata de una persona muy importante para mí. ¿O más bien para mí antes de perder la memoria?

No termino por encontrarle sentido a nada en este lugar, y las horas se me hacen eternas. Ya casi no me quedan hojas en la libreta de tanto dibujar en ellas, y la punta del lápiz amenaza con acabarse de un momento a otro. Lo único que me mantiene con determinación para seguir viviendo de esta manera es imaginar que en algún momento, Carina y yo nos veremos.

Hoy hacen cuatro días desde que llegué a la habitación gris. Bueno, a lo mejor no. No llevo muy bien la noción del tiempo aquí, y el cielo de fuera siempre está nublado, lo que no ayuda a saber si es de día o de noche. Puede que lleve cuatro días, puede que lleve dos o puede que lleve un mes. ¿Quién sabe? Yo no.

Vaya, Shadow ya está aquí... Ah, Shadow es la sombra que me trae lo necesario para vivir. En realidad, no sé ni si tiene nombre. Lo he llamado así porque no me parece bien que el pobre (o la pobre) no pueda ser llamado de alguna forma. Además, cada vez que grito "¡Shadow!", él/ella aparece con lo que necesito, aunque no supiera que lo necesitaba.

Creo que es el único amigo que podré tener aquí.

Grey RoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora