capítulo 1

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¡Que noche! Apenas había dormido atormentada por el recuerdo de aquel accidente, con cada puesta de sol empezaba un largo martirio de imponentes recuerdos.

Me levanté de mi cama y fui al baño, sin mucho ánimo me miré en el espejo. Mis mejillas ya no eran esas tiernas y pequeñas muestras de felicidad que solían ser, ahora estaban secas cual flor marchita cuando llega el fin de la primavera.

Hoy era un día importante, saldría de lo que alguna vez fue mi vida en Pittsburgh; olvidando todo lo que alguna vez me pasó a mí o lo que dejé que pasara, ya no quería seguir en esta casa. No podía.

En las frías calles solo percibía el ruido que hacían al terminar de guardar mis cajas y pertenecías en la parte trasera del camión, unas manos dudosas tomaron mi brazo y yo solo miré por encima de mi hombro sin sorprenderme por su miedo a como reaccione.

- ¿Estás segura que dejarás todo atrás? Incluyéndome- finalizó como si fuera a cambiar el hecho de que mis cosas estaban en el camión de mudanza. La verdad no estaba segura de nada, solo de una cosa no podía seguir aquí.

- Oh vamos Chris, sabes que iba a pasar. Además mi futuro no está aquí- dije con la menor importancia.

- Vamos Ad, no puedes irte- dijo y rompió en llanto- no me dejes sólo- vi como bajó su cabeza e hizo puños con sus manos- No puedes seguir culpandote!- gritó, inmediatamente vi arrepentimiento en sus ojos y rápidamente subió sus manos a su boca.

- Adiós Christopher- me alejé y me adentré en el auto antes de que su mandíbula tuviera un encuentro nada grato con mis nudillos.

Conduje por unas horas hasta llegar a los ángeles. Miré todo a mi alrededor, tal vez algunos años atrás hubiese dado todo por estar aquí y vivir el sueño americano, pero la vida ya no era lo que solía ser. Ya no había motivo para sonreír.

Llegué a una casa bastante grande y allí me esperaba una señora de cabello corto y castaño.

- Hola- extendió su mano- usted debe ser la señora Bellamy.

- Así es, pero por favor dime Ad. La señora Bellamy era mi madre.

- Oh- exclamó- ¿quiere ver la casa?

- Seguro- dije sin ansias.

- Bueno como verá los candelabros son un accesorio Tiffany original- dijo cuando entramos- aquí en la cocina hay una bella isla de mármol- y así siguió hasta terminar el tour. Preocupada por detalles mínimos que a mí no me hacían ningún valor.

- Es mi deber legal decirle lo que pasó con los antiguos residentes- iba a seguir pero me interpuse.

- ¿Murieron?- dije con una sonrisa falsa de medio lado.

- Así es, los Harmon. La esposa murió dando a luz y el esposo se suicidó, la hija Violet huyó con su hermano menor.

- Al menos esta casa carga otras muertes y no las mías- dije entre dientes.

- ¿Cómo dice?

- Nada- finalice el tema- creo que se puede comunicar con mi tutor legal que no sé donde se encuentra, pero seguro responderá su correo para la autorización y dejamos que él arregle la cuestión monetaria.

- De acuerdo, si no es más me retiro- dicho eso salió por la puerta.

Hice que dejaran todo adentro. Y con un par de personas a las que mi tío contrató nos dispusimos a poner todo en su lugar. Casi acabábamos y timbre sonó por toda la casa, fui a ver quien era y me encontré con una señora de cabellos rojos como el fuego.

- ¿La puedo ayudar? Pregunté neutra.

- Creo que yo le puedo preguntar eso- dijo amablemente- soy el ama de llaves de la casa.

I Don't Care If You Are The Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora