Capítulo 2

136 10 2
                                    

Leer la nota que se encuentra al final, les tengo una pequeña sorpresa. Disfruten el capítulo.

- ¿Ad? ¿Estarías conmigo?

"Ad aún no puedo asimilar todo, ¿estarías hoy conmigo?"

Abrí los ojos rápidamente pero no hice movimiento alguno, mi corazón dio un vuelco y solo podía escuchar ruidos molestos y un llanto lleno de pánico atrapados en mi cabeza. Salté de la cama y tomé mi cabeza entre mis manos; de repente el aire era gélido y pesado.

- ¿Estás bien Ad?- Tate tocó mi brazo. En ese momento noté que seguía con mi ropa de práctica.

Cerré con una notable fuerza los ojos intentando apartar cualquier mal pensamiento de mi cabeza, pero solo conseguía que una voz burlona me causara martirio preguntando una y otra vez "¿Crees que con cerrar tus ojos todo va a desaparecer?".

- Si, solo sentí algo extraño en la cama- me apresuré a mentir.

Tate miró la cama y regresó su vista a mí- Digamos que te creí- agradecí que no pidiera explicaciones- deberías ponerte algo más abrigado, está haciendo frío.

Me miré a mi misma y solo pensé en que daría la impresión de ser una regalada. Sentí mis mejillas arder y me encaminé hacia el armario, saqué una sudadera negra y unos pantalones de pijama grises, simplemente me los puse encima de la ropa deportiva que era como estar en ropa interior así que no le di importancia y me los puse. Volví a la cama y Tate me imitó, volvimos a la posición en la que nos encontrábamos hace unos minutos y yo simplemente no conseguía dormir.

¿Qué he hecho mal? ¿No merezco ser feliz? Supongo que no todos son nacidos para conocer el gozo o la satisfacción, tal vez es mejor para mí si me hago a la idea de que no importa que tan lejos huya de donde dejé una vez el pasado, el siempre me va a alcanzar sea donde sea que yo esté. Reevalué mi situación desde que todo empezó a pasar, no fui madura cuando la tragedia llegó, debí haber afrontado la marea y no caer con el peso de mi dolor. La gente sufre de acontecimientos injustos y continúan con sus vidas, pero yo no lo hice; fui una egoísta y ahora lo estoy pagando con intereses. Osea demos un vistazo, hoy contraté a una ama de llaves sin siquiera conocerla o el hecho de que estoy en una cama con un extraño que fácilmente podría drogarme y robarme un órgano.

Me volteé hacia Tate y veía sus ojos cerrados y su cabello caer por su frente, él era realmente guapo con sus facciones marcadas que hacían juego con sus definidos y tentativos labios carmesí, que prometían ser elixir de juventud y de lo prohibido, pero su mayor atributo eran esos ojos oscuros como la noche que evocan a el misterio de su alma.

Pensé en la pregunta que me había hecho hace un momento "¿Estarías conmigo?" ¿A qué se refería? Definitivamente Tate era un ejemplo de perfección física pero ¿A que contexto hacía alusión? Detrás de esas palabras había algo más que solo un significado carnal, pero ¿Cuál era?

Cansada de buscar tantas respuesta me dejé caer en brazos de Morfeo con la esperanza de tener un sueño capaz de alejar angustia alguna. Me desperté a las 7:30 y Tate ya no estaba por ningún lado de la habitación, me dirijo hacia el baño para tomar una larga ducha. Al salir me puse la ropa interior y miré en el espejo. Antes solía ser una deportista, de cuerpo sano y atlético; ahora no había rastro de músculos tonificados o de una alimentación saludable.

Me vestí y baje a la primera planta, mientras bajaba escalón por escalón oí voces que venían de la cocina. Me acerqué y vi una escena tan perturbadora y depravada que hizo que mi estomago estuviera revuelto en un instante.

Ahí estaba la escoria que tenía por tío, coqueteando con la vieja señora Moira. La tenía tan cerca que me impresiona que sus átomos no se hubieran funcionado, sus manos viajaban por su vestido.

I Don't Care If You Are The Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora