parte VIII

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 las mil y una indicaciones de la aeromoza por las bocinas, que la bolsa de mareo… o las mascaras de oxigeno, que si debemos ponernos o quitarnos el cinturón, que qué hacer si hay turbulencia, solo cosas que la ponían más nerviosa de lo que ya se encontraba.

-Me vas a quebrar la mano ________-Justin la miró, estaba temblando muchísimo… si algo la había calmado el té solo le había durado unos minutos y la pastilla ni siquiera un bostezo le provocaba.

Era obvio que no caería dormida.

Todo el camino se la pasaría saltando, temblando, castañeando los dientes y aplastando sus huesos de la mano si él no hacía algo.

Entonces algo pasó por su mente.

Tocó su suave mejilla y se acercó a su cara mientras compartían un beso, fue un beso lento, de esos que él no estaba acostumbrado a dar, sus labios se movieron tiernamente sobre los de él provocándole una sensación extraña en el centro del pecho, tampoco le gustaban los besos muy largos… pero por alguna razón no podía dejar de besarla a ella.

Justin sintió un tirón en su estómago y supo entonces que estaban despegando, acercó más a __________ y aplastó más sus manos a sus mejillas mientras ella lo rodeaba en el cuello y se alejaba un poco.

-Te amo –le dijo.

El rubio tragó pesadamente, podía ser un farsante, sí, pero no podía mentirle diciendo que la amaba cuando no era así. Ya sabía lo que se sentía ser engañado con respecto al amor. Además… él no sentía nada por ella.

Le sonrió dulcemente y pellizcó su nariz provocando una risa de parte de ella; volvió a acercar sus labios cuando se dio cuenta que ya estaban volando y _______ no se había puesto paranoica para nada.

Tal y como un beso de ella curó la quemadura de él.

Un besó de él, podía quitarle cualquier miedo a ella.

El FarsanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora