XK

1.3K 76 11
                                    

Llegaste a la esquina en la que habían prometido juntarse, temblando de frío otra vez. Maldita Lala, no sabe que más clichés incluir...

Sentiste a alguien muy cerca tuyo.

Demasiado cerca tuyo.

Escuchaste claramente su respiración. Insegure de qué hacer, y un poco asustada, te diste vuelta. Era Zao, con una bufanda que le tapaba casi toda la cara. Parece que se la hubiera robado a Ion.

—Hola persona— Saludó, haciendo una mueca perturbadora (Véase multimedia(?)). Te reíste un poco, pero es algo extraño— Es broma, vamos, pequeña. A dar una vuelta.

Y comenzaron a caminar por las calles llenas de tiendas. Jurarías que escuchaste la risa de Lala cerca tuyo en algún momento, pero no estás tan segure. Zao definitivamente no lo oyó.

—Dios mío— Murmuró él, parando de golpe. Se quedó mirando una máquina mala, de esas que son para sacar peluches pero más que nada tragan monedas— Voy a conseguirme eso.

Y se fue corriendo.

Pensaste que era algo maleducado. Te invitó a salir, te dejó ahí, sola, para buscar un peluche que se quedaría él mismo. Maldito Zao...

Mientras pensabas en eso, nuestro chino estaba perdiendo todo su dinero. Comenzaba a desesperarse, pero no iba a rendirse. Había un panda rojo entre todos esos peluches, y debía ser suyo.

—¡Arghhh!— Lo escuchaste gritar por enésima vez, antes de que fueras allá y te acercaras a mirar mejor.
Un grupo de personas se había puesto alrededor suyo, unos cuantos curiosos que querían saber si es que el pobre Zao conseguía o no su peluche.

Suspirando, te acercaste y lo apartaste un poco. Zao, sorprendido, se dejó y quedó mirando.
Insertaste tu única moneda y comenzaste a jugar.

...
.....
......
Perdiste (¿Quién gana con esas máquinas truncadas?). La musiquilla de la máquina sonó desafinada, y te alejaste un poco, apenada. Te daba lástima ver a Zao así. Ojalá hubieras podido ayudar...

Pero él no pendaba lo mismo. Cuando te volviste hacia él, te dio un abrazo de oso.
—¡Kyaaaa! ¡Pero qué ternura! ¡Muchas gracias, _____!

—Pero no conseguí el peluche...

—¿Importa eso? Eres muy tierna por haberlo intentado. Aw~— Sonreíste un poco avergonzada. Pero escuchaste a alguien llegar...

—¡Vamos, inténtalo, por favor!— Era Lala. O eso parecía.

—No... ¿Para qué lo haría?

—Porque quiero que haya un final feliz— La otra persona suspiró con pesadez— Por favor. Te la pasas jugando videojuegos, deberías saber cómo hacer eso...

—Esas máquinas están hechas para tragar monedas, estúpida.

—¿Hazlo por mí?

—No.

—OWWWWW— Lala comenzó a lloriquear— ¡Yo quería ser como Kitty Powers!

Luciano la miró preocupado, haciéndole patpat en la cabecita torpemente.

—No llores... Ahora todos nos están mirando... Lala, maldita sea...

—Pero Luci.. Inténtalo, porfa. Porfa porfa porfa porfa porfa— Luciano se quejó.

—Si me vuelves a decir así voy a golpearte en toda la cara— Lala comenzó a dar saltitos. A esta hora ya estaban ustedes dos mirando lo que ocurría. Luciano puso una moneda, y miró la caja con peluches— ¿Cuál qui... Cuál es?

—El panda rojo, obviamente— Él negó con la cabeza, pero comenzó a mover la palanquita.

Y, de alguna forma milagrosa... Ocurrió. Debió de haber sido la diosa Kitty Powers, la reina de los cupidos. Luciano sacó tres peluches, entre ellos el panda rojo. Lala comenzó a chillar.

—¡Lo hiciste! ¡Lo sabía! ¡Siempre lo supe!— Le quitó uno de los peluches y corrió hacia ustedes, pasándotelo— Esto es para ustedes ;)))))

Luego volvió donde Luciano, a darle un abrazote.
Zao sonrió, y te quitó el peluche de las manos, abrazándolo con todas sus fuerzas.
—¿Quieres ir por algo para comer, ____?
—Bueno...

Por otro lado, Lala y Lucio...

—Eres el mejor. O casi. Podrías ser mi sucesor.

—¿Sucesor de la nueva Kitty Powers?

—Por supuesto— Lala miró los peluches que había conseguido Lucio. Eran un perro deforme y un conejo amarillo. Le pasó el perro deforme a Luciano, sonriendo— Es para ti.

—... Es un perro con ojos enormes. Es horrible.

—... Era porque se parece a ti.

Lala tuvo que salir corriendo después.

2pTalia Things!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora