Cuando crees saberlo todo en el mundo, viene alguien y te enseña cosas que ni sabías que existían.
Comienzas a imaginar cosas e inventar otras pero al final y quedas ahí estancado porque la verdad no sabes lo que está pasando. Llega un momento decisivo en la vida en el que debes aceptar el hecho de que ya no eres un niño y los actos que realizas tienen consecuencias, que no todo es color rosa, pero que también existen otros colores mucho más hermosos y desconocidos que sólo éste.
Y entonces conoces a alguien de aquél color que nunca te gustó, pero lo viste en él y no te importó lo demás, dejaste que se convirtiera en tu color favorito y eso fue lo que técnicamente arruinó el blanco grisáceo de tu vida.
El problema inicia cuando te das cuenta de que en realidad te gustaba ese color, tu color, te gustaba no llamar la atención y el pasar desapercibido, pero claro, ese otro color tan fuerte y llamativo que tanto odiaste te pone en duda y ya no sabes qué decir ni qué pensar, así que sólo caes rendido a sus pies y dejas que éste te consuma, porque vamos, si nos ponemos a la inversa de Cobain, tal vez si es mejor consumirse que sólo apagarse. Dejar que el color de esa persona te consuma en vez de que el tuyo sólo te apague.
O tal vez no.
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De mis intentos por dejar el cigarro, Lavdev.
SonstigesEstas son a veces frases, a veces formas de pensar, a veces formas de ver la vida y a veces, formas de encontrarte a ti mismo. Todos los derechos reservados® Cualquier copia total o parcial será denunciada.