El Chico De Los Jordan (YoonMin)

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Jimin estaba apoyado en el espejo, con los ojos cerrados.

- Sabía que no vendría. – Rió. - ¿Cómo se te ocurre Park Jimin? ¿En serio creías que vendría? El mismo te ha dicho que no diría quien era, idiota. – Volvió a reír.

- Tienes razón, eres un idiota. – La voz de un chico resonó en la sala. Jimin abrió bruscamente los ojos y se separó del espejo abruptamente. - ¿Qué pasa? ¿Te has asustado princesita? – Rió.

- Lee Hyun. – Susurró Jimin alejándose de la puerta. - ¿Qué haces aquí?

- Solo... pasaba. – Levantó el bate que siempre cargaba consigo. – Y entonces noté que ni Taehyung ni Yoongi están contigo... - Volteó hacia Jimin. - ¿Cierto? – Jimin estuvo a punto de asentir por auto reacción, pero negó. - ¿Cómo qué no?

- Yo... - "Piensa Jimin piensa". – Yoongi... ha salido a buscar algo, va a regresar en cualquier momento. – Las manos le temblaban, pero lo había ocultado metiéndolas en sus bolsillos, disimulando su sudor con la excusa de que estuvo practicando.

- Así que Yoongi eh... ¿no que tu salías con el rarito ese? ¿Taehyung? – Jimin apretó los puños.

- No es un rarito. – Gruñó. – Y si, salía, pasado, hemos terminado hace mucho... - apretó los labios tratando de evitar que las lágrimas salieran. Milagrosamente funcionó. Estaba seguro de que Yoongi dejó de hablarle por salir con Taehyung. Estaba más que seguro.

- Así que... - Se apoyó en el bate. – Tu amiguito te ha dejado solo y ya no tienes novio eh... - Jimin le observó con el ceño fruncido. – Oh, vamos. – Rió. – He visto al magnífico Min YoonGi hace rato llorando y de rodillas a Namjoon. – Jimin abrió los ojos de par en par. ¿Tanto daño le había hecho? – Si, estaba muy herido, creo que es mejor que pagues lo que le has hecho. – Volvió a levantar el bate. - ¿No crees?

- No, no creo, YoonGi me lo habría dicho. – Dijo apartándose a cada paso que Lee Hyun daba hacia él. - ¡Aléjate!

- ¿La princesita inteligencia está asustada? – Sonrió. – Que lástima.

- No te me acerques. – Gruñó. Jimin era fuerte, pero no le gustaba golpear a nadie, y no podía hacer nada cuando ya lo estaban golpeando, no podía defenderse a sí mismo. – Estoy esperando a alguien. Si sigues te va a ir peor. – Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Pero no las dejaría, estaba seguro de que YoonGi no podía dejarlo así por así.

- Que mal, estoy seguro que vi a YoonGi salir de las instalaciones. – Rió nuevamente. El mundo de Jimin se vino abajo. Su piel palideció y comenzó a temblar aún más.

- ¿Qué? – Susurró.

- Lo que escuchaste, princesa.

Yoongi... ¿por qué?