CAPITULO I

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Era una noche de esas frías de invierno, nevada, oscura... Yo,cansado de mi rutina diaria, llegaba a casa y me ponía a recordar que hacia apenas unos días me había quedado huérfano. Dejé las llaves encima de la mesita que había a la entrada y me fui a la habitación. Me puse cómodo y seguidamente bajé las escaleras para acceder a la cocina, donde me preparé un delicioso te que había encontrado en la despensa. No recordaba bien de cuando fue, pero si que supe que me lo había regalado mi madre en unas vacaciones de verano. Mientras se hacía tomé asiento en una de las sillas que se situaban alrededor de la ''mesa redonda'' del medio de la cocina. Me recosté y puse mis manos sobre mi cabeza. Odiaba llegar a casa y no hacer nada, pues era el terrible momento en el que se me venían todos los recuerdos a la cabeza.

La tetera empezó a chillar, por lo que salí de el ''empanamiento'' en el que me había visto integrado momentos antes. Me serví la taza y salí al comedor. Me senté sobre el viejo sillón se cuero situado junto a la estufa de leña, deposité la taza junto al periódico y me quedé observando fijamente el teléfono que descansaba sobre la mesa, cuando en ese mismo momento empezó a sonar. Con rapidez cogí el teléfono para ver quien era.

-Williams,soy Shark, necesito tu ayuda una vez mas-.

Era Shark, mi amiga y compañera de profesión. Vivía en el centro de Londres, desde dónde venía cada vez que me necesitaba.

Ella era única, pues tenía una personalidad un tal inusual en la gente de aquí. Yo siempre he dicho que lo lleva en los genes, ya que sus padres eran de España. Alta,morena, ojos miel, pelo rizado y ligona,pero sobre todo buena amiga y compañera.Sabía aparecer y desaparecer en el momento adecuado.

Si,dime, que pasa esta vez? - pregunté.

-Preferiría contártelo en persona.Ves a la calle BlackHorse, te estaré esperando en el cafe-bar que hay abajo.

-De acuerdo. Allí nos veremos.-

Colgué.

Me tomé el te lo mas rápido que pude y me puse mi uniforme de todos los días. Salí de casa y fuí hasta la boca del metro, que se encontraba a tres calles, unos 4 minutos. Allí cogí el metro queme llevó hasta greenwidge, desde donde fuí andando hasta el cafe-bar. Nada más bajar noté una mano que me cogía por la espalda, era ella.

-Shark! Que haces aquí? No habíamos quedado en el cafe-bar?- exclamé asustado.

-Shht,calla y sígueme, tenemos prisa, ya te lo explico por el camino.-gritó ella echando a correr.

De repente, cuando íbamos por la calle Mayor, desapareció.

-Shark,Shark, donde te has metido?- empecé a exclamar.

A linstante apareció enfrente mía.

-No pegues esos sustos, donde te habías metido?


-Shht no digas tonterías y sígueme, por aquí atajaremos.-

El Caso RighterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora