Two.

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El sol se cuela por las ventanas de la habitación de Emm. Todo está muy callado en esta mañana de otoño.
Da vueltas en la cama incómoda, trata de buscar con los ojos cerrados un cuerpo calentito al lado suyo. Pero no encuentra nada.

El lado derecho de su cama matrimonial está frío, y acaba de recordar por qué.

Se sienta en la cama y abre los ojos por fin, su pelo está revuelto y tiene lagañas en los ojos.

Se queda embobada por unos minutos con la vista fija en un zapato que está en el suelo.

Sacude la cabeza, y sale de la cama por fin.

—¿Qué hora es?—Toma su celular y lo desbloquea, se sorprende al ver bastantes llamadas perdidas de su madre. No les hace el menor caso y lo vuelve a bloquear. Golpeándose mentalmente, ya que no se fijó la hora; Vuelve a sacar el celular y repite el proceso, las ocho y cuarto de la mañana.

Bien, ya se debe haber ido a trabajar Dyl. Piensa.

Sale de la habitación arrastrando los pies.

¡Que mas quiere que quedarse acostada todo el día!

Abre la alacena y saca un tazón, para luego llenarlo con cereales multicolores y completarlo con chocolatada. Una mezcla rara, ¿verdad?

Toma una gran porción con la cuchara y se llena la boca con ésta, cayéndole por la comisura de los labios un poco de leche chocolatada.

Está a punto de tragar la comida cuando, la puerta de la otra habitación se abre. Asustándola en el proceso y terminando por hacer que se ahogue con la comida.

Siro viene corriendo a sus pies, emocionado. Comienza a comer lo que ella ha derramado de su desayuno.

Mierda, Dyl no ha ido a trabajar.

Lo mira de mala gana y él la mira con una ceja alzada, y trata de reprimir una carcajada.

Emm limpia el desastre y se sienta en el sofá, mientras Dyl toma café en la cocina.

El silencio los abraza por unos interminables seguntos o minutos...  ¿Quien sabe?

Emily recuerda lo de la tarde de ayer, la decisión ya estaba tomada, era algo super necesario de hacer.
Terminando su desayuno, se levanta y deja el tazón y la cuchara sin lavar en la pileta de la cocina.
Dyl tiene muchisimas ganas de decirle "Ah, tu tampoco lavas tus trastes sucios, ves..." Pero en cambio decide callarse y seguir en lo suyo. Observa atentamente que es lo que hace la chica.

Va de un lado a otro buscando algo.

¿Donde carajos lo guardé? Piensa ella. Ella tiene la noción de haberlo dejado en algun lugar de ese escritorio, busca y busca hasta que ¡Ajá!  Aquí estabas...

Toma la libreta y una lapicera.

Dyl la mira con un ceño pronunciado cuando ella toma asiento frente a él y con un fuerte golpe deja la libreta en la mesa.

Dyl mira la libreta y luego a Emm, repite el proceso varias veces hasta que Emily le pone los ojos en blanco, cosa que siempre ha fastidiado a Dyl.

—¿Que se supone qu—Ella lo interrumpe.

—Shh.—Él, ya fastidiado por tanto misterio se acomoda en su sitio y cruza los brazos en su pecho, esperando a que la chica prosiga.—Hasta aqui llegué. Debido a que ni tú ni yo abandonaremos este lugar, hay que hacer lo que hay que hacer.

—¿Y eso sería?—Pregunta él admirandola, aun no puede dejar de pensar cuan hermosa se ve cuando esta seria.

—Vamos a poner reglas de convivencia. —Al chico se le escapa una risa y ella lo mira de mala gana.—Hablo enserio Dylan. Las escribiremos aqui y la hoja la pegaremos en un lugar donde podamos verla los dos.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2017 ⏰

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