We broke Up

One.

Un nuevo día en el departamento compartido, Dylan se levanta como cada mañana y se dirige hacia la cocina, abre el mueble de la cocina y saca dos tazas para preparar café. Las coloca en la mesada y se queda mirándolas, mientras escucha el sonido del agua cayendo desde la ducha del baño.  Agarra una de las tazas y chasqueando la lengua la vuelve a guardar.

Se sirve café para si mismo y mientras muerde una tostada, Siro apoya sus pequeñas patas en sus piernas, hoy está más juguetón de lo normal.
Le acaricia la cabeza y continúa con su desayuno.
El agua cayendo y repicando en la ducha se deja de escuchar, Dylan suspira.

Se levanta para servirse otra taza de café, hoy va a ser un día largo.

Mira el reloj, son las siete y cuarenta de la mañana. Le sirve comida a su querido Siro y se dispone a terminar rápidamente su taza de café, quiere irse a su trabajo lo más ante posible, no se quiere cruzar con Ella.

Pero su objetivo es destruido y cierra fuertemente sus ojos cuando siente que se abre la puerta del baño.

Emily camina a paso lento hasta la cocina, mira hacia donde se encuentra Dylan y rodando los ojos, saca la taza que anteriormente había estado entre las manos de Dyl. Se sirve café y se dirige hacia la mesa.

Siro rápidamente corre hacia ella y hace lo mismo que un momento atrás, Dyl había hecho, acariciarle la cabeza. Siro está extremadamente contento hoy. Pero no se puede decir lo mismo de sus dueños.

Emily mira con fastidio la mesa de la cocina, es un desastre, migas por todos lados, el cuchillo con el cual Dyl untó la mantequilla y luego la mermelada está sobre el mantel, mantel limpio que Emily había colocado esa noche, luego de limpiar la cocina.

Esta enojada. Muy enojada.

Mira hacia el fregadero y ve la taza que Dyl había utilizado sin lavar.

-Maldito estúpido.-Emily se masajea las sienes con sus pequeños dedos, no quiere explotar, quiere llevar una vida tranquila.

¿Podrá algún tenerla? No lo sabe, piensa.

Suspira y se dispone a poner orden.

-¡¡¡Dylan!!!-Grita ella desde la cocina, pero él no contesta.- ¡¡¡Dylannnn!!!-Vuelve a gritar pero nuevamente, no obtiene respuesta.

Enojada se dirige hacia el baño donde, supone, Dylan se alista para ir a trabajar. Abre la puerta con mucha furia.

-Escúchame bien, el mantel lo puse anoche ¿No puedes por lo menos dejar las cosas limpias, por una vez en tu maldita vida? Estoy harta, siempre lo mismo Dylan; Si no es la tapa del baño, es la maldita taza o plato que no lavas luego de usar. No soy tu sirvienta, Dyl.

Dylan la mira sin expresión alguna, no tiene ganas de discutir, hoy no.

La mira una vez más y sin darle importancia alguna, se dirige hacia la puerta del departamento y toma la correa de Siro.

-Siro, vamos.-Lo llama con tranquilidad.- Hoy me lo llevo yo.

Dicho esto, deja a una furiosa  Emily en un departamento vacío.

Vacío porque no están sus seres más queridos en la vida, vacío porque siente que ella misma con cada minuto que pasa, pierde cada esperanza de que todo vuelva a ser como antes.
Empieza a ordenar y limpiar el desastre que su ex-amor, había dejado en el departamento.

Cada día era una lucha por continuar conviviendo juntos, en paz. Ya ni siquiera discutían, no podían permitírselo. Casi ni se hablaban, porque eso dolía. Cada vez que sus miradas se cruzaban, era como si les apuñalaran en el pecho, una y otra vez. Dolía mucho.
Ese era el resultado de convivir con su Ex.