Capítulo VII

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Narra Zero

Luego de tomar una capa, deambulé por los pasillos admirando el lugar; encontré una gran variedad de habitaciones lujosas, desde comedores a dormitorios.

Eventualmente llegué al garaje, había alrededor de 20 vehículos de distintos tipos, todoterrenos, simples naves y un laboratorio móvil. Incluso encontré algunos vehículos que utilizaban combustible fósil; cuando era miembro de los Maverick Hunter éstos ya eran extraños, no sólo porque la mayoría había sido destruído, sino porque ya no eran necesarios además de que el combustible era muy caro.

Continué adentrándome en el garaje hasta encontrar un manojo de llaves y etiquetas electrónicas; si no mal recuerdo éstas se hicieron famosas en el siglo XXI. Cada llave estaba etiquetada y al escanearlas encontré una que decía "Hover bike". Recordé los viejos tiempos con X, sentí nostalgia y la tomé buscando el vehiculo. No fue muy difícil encontrarlo, era mejor de lo que esperaba. Era una pieza de arte comparada a mi vieja moto, en vez de ser cuadrada y rígida, esta se veía aerodinámica y ágil; era de un negro brillante. Solo hay una forma de saber si funciona. Pulsé el encendido y esta encendió inmediatamente.

Las puertas del garaje se abrían tan lentamente que cuando hubo el espacio justo para pasar aceleré cuanto pude, al salir de la mansión de Ciel fui bienvenido con una vista que no había tenido en mucho tiempo, una ciudad en paz, sin explosiones, sin cráteres y edificios destruidos, por fin, un ambiente urbano pacifico. Si tuviera lagrimales probablemente estos se activarían, pero supongo que son innecesarios en un reploid de combate. Conduje por las calles oculto en mi capa, dudo que Ciel quiera que me haga "famoso".

Paseé por toda la ciudad, no pude ver todo en un día, pero pude ver la mayoría de ésta. Vi bastantes carteles, algunos como "No queremos robots" o "Fuera carnosos", ni siquiera en las guerras maverick había tanto rechazo entre reploids y humanos.

Entre más avanzaba con la expedición, más aumentaba la división entre éstos, al punto que todo un vecindario era únicamente de uno de los grupos. Esto me disgustaba, estas personas deberían ser felices, no tenían que lidiar con los horrores de la guerra, podrían vivir sus vidas tranquilamente sin tener que preocuparse de la extinción a causa de los mavericks.

Miré el medidor de combustible, estaba casi al mínimo, entonces me di cuenta de que no llevaba conmigo nada de dinero. Fui hasta lo que parecía una estación de energía, en medio de un distrito comercial, estaba rodeada de tiendas y un banco. Bajé de la moto para buscar un empleado, por suerte lo encontré.

Era humano, parecía estar en sus 50, su cabello que alguna vez fue negro ya estaba canoso, lucía una prominente barriga que su camisa apenas cubría. –Buen día, ¿En qué puedo ayudarle?- dijo con una actitud muy animada. Yo permanecí neutral -¿Cuánto es por recargar mi moto?- pregunté. Él se rió -¿Dónde has estado últimamente hijo? Ya no tienes que pagar por energía, ¡el Sistema Ciel produce más energía de la que necesitamos!- Fingí una sonrisa –Es una larga historia, sólo tengo una pregunta más ¿Qué pasa con la relación de reploids y humanos? ¿Es así en todas partes?-.

Su actitud alegre se obscureció repentinamente, se acercó a mí y bajó la voz –Sí. Si me preguntas me parece una estupidez, no creo eso de "Al diablo con los reploids", pero es como si los humanos fuéramos lo malos y la gente está asustada..." De pronto hubo una explosión, nos agachamos mientras vidrios caían en el lugar –Y a veces tienen motivo para estarlo.- Lo pensé un momento para luego correr al lugar de los hechos.

Encontré escombros por todo el camino, escaneé el lugar para encontrar el origen de la explosión; era bastante obvio que del banco justo en frente de la bencinera, todo el frente de éste estaba destruido y tres reploids enmascarados salieron de él. Los tres eran completamente blancos y lucían una armadura que parecia bastante dura. Me preparé a luchar mientras ellos parecían haberse fijado en mí; los de los extremos miraron al del centro como si pidieran aprobación, este asintió levemente y los otros cargaron en mi contra.

Su velocidad era impresionante, estaban obviamente diseñados o modificados para ser reploids de combate, esquivé el bombardeo de puños que vino a mí, pero ellos aprendían rápido, se separaron para rodearme.

Cualquier reploid tiene problemas para pelear con más de un enemigo a la vez, pero yo no soy cualquier reploid. Los nudillos del Maverick Nº1 se cubrieron de rayos mientras el Maverick Nº2 sacó lo que parecía una porra de policía. Ambos se abalanzaron sobre mí.

El mundo parecía ir en cámara lenta, Maverick Nº1 atacó primero, tomé su brazo y lo torcí detrás de su espalda, luego vino Maverick Nº2 al cual esquivé para que golpeara al primero, entonces lo electrocuté con el puño de su compañero, retrocedió y empezó a convulsionar, luego se quedó rígido y cayó al suelo.

Un leve crujido llamó mi atención al primer maverick, el herido rió entre dientes –Éste es solo el comienzo.- Ahora reía con mayor fuerza, no una risa de felicidad a mi parecer, más bien de insanidad pura, luego su cuerpo explotó. La onda expansiva me lanzó lejos. Me quedé tendido un momento, bastante adolorido. Me puse de pie quejándome por el dolor Estoy algo viejo para ésto. Miré a mi alrededor, la gente corría aterrada. Yo también comencé a moverme antes de que alguien se diera cuenta y me retiré en mi vehículo.

Mientras conducía revisé mi torso para encontrar un gran fragmento de unos 15 centímetros saliendo de mi cuerpo. Fui tan rápido como pude por las calles, estuve al borde de causar algunos accidentes pero logré llegar a la mansión intacto, claro, si no tuviera un trozo de Dios sabe qué saliendo de mi cuerpo. Me quité la capa y lentamente comencé a retirar el fragmento de metal.
Quien haya tomado la decisión de que los reploids sintieran dolor es un idiota, el proceso para sacar el metal era horrible mientras intentaba aguantar el dolor.

Luego de quitarme el trozo de metal, retiré parte de mi armadura revelando los delicados circuitos. El daño no era mayor, solo algunos cables cortados y placas de metal dañadas. Decidí pedirle a un técnico de Ciel que lo reparara cuando algo peculiar sucedió. Los cables comenzaron a unirse lentamente y las placas de metal se expandieron y restauraron.

Al principio estaba confundido, luego solo me encogí de hombros, Este día solo se vuelve más y más extraño.

Wow, 1000 views ya?! No esperaba llegar a esto o-o
Gracias a todos los que han seguido la historia hasta hoy y espero, hasta que esta termine!! Sin ustedes no habría motivo para escribir.
Una vez mas, muchisimas gracias!! Nos leemos en el próximo capítulo :D

Megaman Zero: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora