Detras De Mi Ventana [•A.V•]

-Capitulo 22-

Maratón 3/5...

-Me duele mucho la espalda - dijo Alonso -
- ¿Quieres que te de un masaje?
- ¿Sabes? - Pregunto asombrado-
- Claro... estas manos hacen maravillas - dijo en un tono pícaro-

A Alonso le estremeció esa frase y se puso más tenso.

- Mira, relájate - se puso de pie- Gírate - le ordeno -

Alonso obedeció y TN se arrodillo ante el, comenzó a masajearle los hombros, sobarle la espalda y le susurraba al oído cosas como:

- Relájate... no estés tenso... cuenta hasta diez, cierra tus ojos, disfruta....

(Ring, ring)

- No te preocupes Alonso, sigue durmiendo, yo contesto - escucho esas palabras -¿Durmiendo? - se preguntó, abrió los ojos y se dio cuenta que TN no estaba, escuchaba como hablaba con alguien en la sala, y él estaba en el Jacuzzi , rápido se levantó por una toalla... y se cubrió antes de que TN llegara, se moría de la pena, sus mejillas se enrojecieron y TN comenzó a reír al verlo tan sonrojado.
- ¿Ahora qué te pasa? ¿Te dio pena porque en medio del masaje te quedaste dormido?, descuida, no hay problema... ¿tienes hambre?
Alonso, solo asintió con pena.

El día siguió... en la noche que se fueron a dormir, TN no dejaba de pensar en todo lo que había hecho ese día, acostada en su recamara, mirando hacia el techo, recordaba cada palabra de Alonso, todo lo que le había dicho, lo que le hubiese encantado que le dijera, todos los movimientos que hacia al hablar, esa sonrisa que la volvía loca, esos ojos... penetrantes, donde podía ver su reflejo, esos ojos que la mataban... que hacían que el corazón se le pusiera a mil por hora, donde en veces... se perdía en ellos y no escuchaba nada de lo que Alonso le comentaba, esa boca, que miles de veces imagino en volver a besar, después de aquella ocasión, miles de veces donde pensaba que no quería sufrir, que no quería arriesgarse, porque si las cosas no funcionaban bien y todo terminaba mal, perdería la bonita amistad de Alonso, así que no le quedaba más remedio que seguir a como estaban, seguir mirando esos rasgos hermosos... esa perfecta nariz, perfecta sonrisa y sentir cada minuto como se derretía por cada mirada que le daba, como su presencia la ponía nerviosa, esas piernas, ese abdomen... esos brazos... como no dejarlo de ver, dejar de pensar en el... si estaba más que flechada.