-Evangeline-susurran, giro mi cabeza para poder encontrar aquella voz, pero no, nada. Únicamente me encuentro rodeada de arboles otoñales, muy hermosos.Mis pies descalzos tocan el frió suelo, mi cabello color blanco-plateado tapa por completo mi rostro ya que la brisa de aquel clima lluvioso es el culpable.
-Evangeline- repiten nuevamente pero esta vez cerca de mi oído, haciendo que todo mi cuerpo se estremezca delicadamente. Es como si este, disfrutara aquella voz cada vez que la escucho. Giro sobre mis talones para poder encarar a la persona proveniente de esa voz. Al darme la vuelta me choco con dos hermosas esmeraldas verdes, tan verdes como la del verdor de los arboles.
-Te he encontrado- dice cerca de mi cara, rosando dulcemente sus labios contra los míos, haciendo de ello un maldito infierno y provocando querer probarlos. Su mano derecha toca con delicadeza mi mejilla, acariciándola.
Mis ojos se sienten pesados y pierdo mi vista poco a poco, tornándose todo color negro....
-Evangeline Cooper, sino te levantas de una buena vez conocerás mi mal genio jovencita- la dulce pero delicada voz de mi hermana suena en mis oídos. Después de varios segundos no escucho nada proveniente de esta, así que sigo con lo mio, dormir.
Mala idea Cooper.
-¡Demonios, Katherine!-le digo sobresaltada. La muy hija de nuestra hermosa madre me empapo con un gran vaso de agua helada, haciéndome sentar de golpe.
-Te lo advertí, cooper- dice con una sonrisa plasmada en su rostro, en eso sale de mi habitación dando pequeños saltitos demostrando lo alegre que estaba por haber hecho su cometido.
Me levanto de la cama y maldiciendo a la bruja de mi hermana me encamino hacia el baño. Al salir de un relajante ducha, me detengo en un punto en especifico.
El espejo.
Miro detenidamente mis facciones de mi rostro y cuerpo, a decir verdad no soy tan voluminosa ni tan delgada como para llegar ser una anorexica,no. Estoy en el punto medio, normal. Ojos azules como el cielo, tez blanca, nariz pequeña del tamaño perfecto para mi rostro, pestañas largar negra,mis labios son de alguna forma un poco carnosos y de un lado de ellos en el labio inferior se encuentra un pequeño piercing, un cuerpo es culturado a la medida perfecta, ni muy muy, ni tan tan.Por ultimo mi cabello blanco-plateado. Es un color de cabello algo raro, realmente extraño. Baja hasta mi cintura en forma ondula en mi puntas.
Desde pequeña la gente a tenido curiosidad de saber de él, tocarlo, hasta han llegado a cortarlo para poder obtener un poco de él. Pero es algo con lo que he tenido que lidiar hasta el momento, a veces desearía saber por que lo tengo.
Mi madre dice, que mi padre tenia el mismo color de cabello, y los mismo ojos azules. Que para ella es normal, pero para la mayoría de personas no lo es.
- ¡Cooper!- grita mi madre desde el piso de abajo, sacándome de mis pensamientos.
Salgo como rayo hacia la habitación para vestirme. De mi closet saco unos jeans negros entubados rasgados, una camiseta blanca y una camisa larga roja con cuadros negros. Por ultimo me aplico algo de brillo y delineo mis ojos.
Al terminar, bajo al primer piso y me encuentro con mi madre en la cocina y mi hermana desayunado sus cereales favoritos, que para mi opinión son asquerosos.
-Buenos días,madre- me dirijo hacia ella, que me recibe con una esplendida sonrisa.
-Buenos días, hija- me devuelve el saludo, mientras que me deja el desayuno sobre la mesa y se marcha.
-Hola hermanita- me dice mi querida hermana con una amplia sonrisa.
Pero sera capullo.
La ignoro por completo y continuo con lo mio. Comer.
Katherine es muy diferente a mi, su color de ojos son miel claro, cabello negro, y tez blanca un poco bronceada. Ella realmente es idéntica a nuestra madre, Gina.
Al terminar nuestro desayuno, nos preparamos para ir a nuestra dolorosa rutina de cada día. El instituto. No me considero una excelente alumna, como lo es Katherine, digamos que soy una estudiante promedio que tiene sus malentendidos con los viejos que digo profesores.
-Adiós-me despido de mi madre y salgo de la casa, con Kate pisándome los talones.
-Evangeline, espera- dice. Hago caso omiso y continuo caminando. Luego de unos cuantos minutos siento como se me abalanza encima mio colgándose sobre mi espalda. Una sonrisa se apodera de mis labios.
-Lo siento- dice de una forma muy tierna.- Pero tu sola te lo buscaste, querida- termina mientras que suelta una risita.
Oh! por dios, no puedo estar enojada con Katherine, somos como uña y mugre. Literalmente.
***
-Adiós, nos vemos en la hora del almuerzo- se despide mi hermana mientras va juiciosamente a su clase. Yo solo asiento y me marcho para clases.
Algunos estudiantes me miran como si fuera un puto bicho raro, y otros como si fuera la mas mínima cosa de aquel lugar. A decir verdad ya estoy acostumbrada a eso.
-Cooper!- gritan desesperadamente. Y se perfectamente de quien es la voz, giro sobre mis talones para saludar a mi querido mejor amigo.
-Buenos días, Matt- le digo con una amplia sonrisa en mi rostro, noto como deja de correr y queda al frente de mi.
Matt Fords, chico que todas las chicas darían cualquier cosa por estar unos cuantos minutos con él. Alto, cuerpo escultural, ojos color gris, cabello completamente negro, y realmente apuesto. Que mas se le puede pedir a la vida de una chica con sus hormonas alborotadas.
Bueno, para mi Elizabeth Cooper, el único amor de mi vida es la maldita comida.
-Hola, pequeña- dice mi mejor amigo después de varios segundos de haber recuperado un poco el aliento. - Vamos.- termina, mientras pasa su brazo sobre mis hombros.
-Vamos.
No me siento muy bien, tengo la sensación de estar siendo observada desde que salimos de casa, es realmente incomodo. Giro mi cabeza un poco para poder mirar atrás y me encuentro con un chico completamente de negro. Jeans negros rasgados, camiseta negra y una chaqueta de cuero negra con capucha.
Sus ojos conectan los míos y por un instante puedo notar como alza sus comisuras de sus labios, formando una pequeña sonrisa, haciendo que mi cuerpo se estremezca.
-Matt- logro decir a mi mejor amigo, este para de caminar y se perfectamente que me mira desconcertado. Luego de varios segundos él voltea en la misma dirección mía. Giro para verlo y veo que esta levemente tenso.
-Vamonos, Evangeline- dice serio.
Volteo nuevamente hacia donde estaba aquel sujeto, pero ya no esta.
Pero que demonios...
Hola de nuevo, queridas lectoras <3. Aquí les traigo otra novela, que a decir verdad es demasiado diferente a la anterior que igualmente estoy escribiendo.
Espero que les guste mi amores <3.
Byeee..
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Una Promesa, Una Mentira.
Teen Fiction¿Vida?¿Qué es?¿Como llegamos a conseguirla realmente? ¿Solo vivimos por vivir?¿Una promesa? o ¿Una mentira? Duele, cansa, hiere, sorprende, entre muchas cosas y a pesar de lo malo como lo bueno para algunos llega a ser maravillosa. ¿Que todo es...