Mi pulso está a mil por hora, y no miento, cada paso que da aquél chico mis sentidos fallaban. Giro mi cabeza tan rápido como mi cerebro procesa lo que está sucediendo.
-Forts- una voz desconocida resuena por toda el área de la cafetería; mi piel se eriza de tan solo oírla.
Miro por el rabillo de mi ojo y observo como aquel chico se detiene al lado de mi amigo.
Matt, asiente y se levanta de la mesa, con ello dejando el comedor junto con los tíos de hace un rato. Lo último que puedo visualizar son esos par de ojos verdes que me observan mientras desaparece por la puerta del este.
¿Que demonios acababa de pasar?
Como es que Matt conoce a esos tipos, ¿como lo conoce a él?
Decenas de preguntas indagaban en mis pensamientos sin poder ser respondidas, y era frustrante.
Después de aquel suceso, la jornada transcurrió como siempre lo hacía, pero para mi no, ¿La simple razón?
Matt y esmeralditas, -nombre que le he puesto al chico de ojos verdes, y para ser sincera eran realmente hermosos los ojos de aquel chico-, mi mejor amigo no había aparecido en lo que falta de jornada y a esmeralditas no lo había vuelto a ver.
Caminaba a paso lento a la salida del instituto, ya que hace poco habían terminado las clases; al llegar al estacionamiento me senté en una banca para poder esperar a Katherine; cerré mis ojos para disfrutar de la brisa que pasa en aquel momento calmandome por completo.
No se cuanto tiempo estuve en esa posición, pero todo se fue a la borda cuando siento la respiración de una persona cerca de mi oído.
- ¿Por que tan sola?- siento como mi cuerpo se estremece inconscientemente por el sonido de aquella voz. De manera veloz salte fuera de la banca para poder encarar al culpable que arruino mi momento de tranquilidad.
Y ahí estaba, aquel chico que me robo a mi mejor amigo y el culpable de mis pensamientos.
Esmeralditas.
Lo mire detenidamente, gravando cada parte de él y a decir verdad no se por que lo estaba haciendo, pero me encontraba ahí, mirándolo sin ningún pudor. El chico alza un de sus cejas esperando una respuesta de mi parte, así que decido hablar.
-¿Donde esta Matt?-pregunto- y respondiendo a tu pregunta, no es de tu incumbencia- termino por decirle. Esmeralditas me observo por unos segundos para después seguir con nuestra pequeña "charla".
-Tu noviecito no se donde esta- ¿novio?, enserio este imbécil creía que matt era mi novio.
Lo mire con cara de pocos amigos, ya que no dejaba de sonreír con suficiencia.-No es mi novio, idiota-molesta, giro sobre si misma y me encamino para irme de allí.
Antes de poder dar tan sólo un paso, un tacto alrededor de mi muñeca se instala haciéndome girar.-Ten cuidado- lo mire desconcertada ante sus palabras mientras se gira y se va.
***
¿Donde estoy? Esa era una de las tantas preguntas que distorsionavan mis pensamientos. Aquél lugar no era exactamente un paraíso en donde de cierta manera me encontraba.
Arboles,mucho arboles yacían allí . Los cuales, de sus ramas caía musgo como rizos que les daba un aspecto demacrado y misterioso. Mis pies descalzos se atrevieron a dar unos cuantos pasos , mis nervios estabán al tope pero aun así mi cuerpo quería experimentar nuevas sensaciones en aquel lugar.
Una ventisca hizo que mi piel llegara a erizarse, mis piernas dejaron su trabajo y se estamparon en el frió suelo, fue allí donde el sentimiento del miedo estuvo presente en mi ser. Gire mi rostro de forma inmediata al sentir una penetrante mirada detrás de ésta.
-Evangeline- su voz rezono por todo el lugar, gruesa y sutil. Lo analize detalladamente, aquel hombre vestía de una forma peculiar. El traje que poseía era meramente elegante y pulcro, su calzado de punta fina hacia contraste su vestimenta. Su imponente masa corporal lo era todo en aquel lugar, aquella forma en la que se encontraba de pie era simplemente relajante, como sino le importase en absoluto su alrededor.
Sin embargo, mi interés se hallaba en algo más paradójico, su mirada.No se bien si llegase a poder describirla, aquellas esferas de una tonalidad azulada me observaban con descaro, sin pudor alguno. Notaba con cierto interés el reflejo de aquellos ojos, que en aquel momento no trasmitían ninguna emoción; su rostro era completamente neutro.
-¿Quien eres?- mis cuerdas vocales por fin se dignaron en colaborar, mis ojos se conectaron directamente a los suyos, noté como sus comisuras de sus labios se levantaban lentamente, formando así una pequeña media luna.
Aquel gesto no fue la razón por la cual mi piel se encontraba de punta y que todo mi cuerpo temblara sutilmente. Lo que realmente hizo con dar en ese estado fueron sus palabras.
- Tu peor pesadilla.
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Una Promesa, Una Mentira.
Teen Fiction¿Vida?¿Qué es?¿Como llegamos a conseguirla realmente? ¿Solo vivimos por vivir?¿Una promesa? o ¿Una mentira? Duele, cansa, hiere, sorprende, entre muchas cosas y a pesar de lo malo como lo bueno para algunos llega a ser maravillosa. ¿Que todo es...