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Dios mío, eres tu realmente muy hermosa, tu belleza es tan grandiosa, que por más que intente describirlo, nunca podría llegar a explicar ni la mitad de lo que eres tú. En toda la historia de la humanidad nunca se había conocido, ni se volverá a conocer, a mujer que iguale ni rebase tu belleza, ya que lo más bello de toda la creación, no tengo duda alguna que esa eres tú, y agradezco al Creador haberme concedido tal sublime privilegio; de poder ver la verdad como casi nadie (o tal vez nadie) la ve; de poder admirar tal belleza, que luego de haberla visto, tiene un efecto en mí como cual droga, que, con tan solo dejar de verla, ya a mí me retumba la cabeza.

Tu dulzura, tu ternura y sencillez, y eso es solo nombrar algunas cuantas cualidades; a mi corazón ya lo tienen cautivado, y aunque "porque ajá" nunca te lo he dicho; mujer, tu a mí me tienes enamorado.

Desde tu pelo ondulado, hasta tu perfecta sonrisa, todo lo que te represente a ti, a mi cerebro lo "emboba", lo hipnotiza.

Que dicha la mía el poder tenerte cerca, aun cuando realmente te encuentras tan lejos; en mi mente y en mi corazón, y aún más allá de ser una ilusión o un pensamiento, siempre has sido tu quien ha estado allí conmigo; aquella mujer de excelsa belleza; de piel morena, de perfecta sonrisa. A mi amiga, mi compañera, mi confidente... Hoy me han dado ganas de simplemente, sin temor ni inseguridad alguna; resaltar la excelsa belleza de esa mujer, que, aunque desde hace rato es muy especial para mí; sin saber cuándo, ni en qué momento, ha sabido robarse mi corazón.


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