No hay palabras.

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Es simplemente otra noche y como es de asiduidad me encanta ver a la luna. Vi unos luceros pasajeros y pensé en ti.

Cante una melodía delicada entre un frío arrollado de una noche indescifrable de añoranza.

Y cuando veía pasar el tiempo figuraba estar tomados de la mano, conquistando sollozos, alegrías, fantasía y sintiendo el céfiro que estremecía nuestras almas.

Caminando entre farolas, calles y roció sabía que todo tenía sentido, porque nuestros horizontes eran diferentes pero al juntarse hacen un encanto infinito que hasta los que nos rodeaban lo percibían.

Y esta vez no era tu cabello alborotado, ni tus ojos oscuros, ni tu voz tierna, ni tu sonrisa edificante y mucho menos tu mirada impecable; es lo que tu provocas eso que me deja inquieta cada vez que acercas a mí.

Y una vez más intentó describir, pero no encuentro palabras para hacerlo porque tú, eres eso indescriptible. 



- Adriana

Tu mirada infinitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora