Lágrimas corren por tus mejillas junto a tus preocupaciones. Se desmorona el mundo a tu alrededor y lo único que sabes observar, callada, hasta que la tormenta pase pero, ¿y si la tormenta te arrastra con ella? Nadie te asegura luz, nada más que tu. Pero el problema es, cuando soy yo la que tapa esa luz...