Con un silencio que anticipa un torbellino
hoy te acercaste a mamá,
para decirle que... ¡ te vas y dejas el hogar! ,
mortal veneno que fluye en mi sangre,
¡cómo mata!
¡dime que escuché mal papá!
¿cómo a estas alturas encontraste un nuevo amor?
¿Dime, sin ti que hago ahora?
¡cómo duele!
siento rabia, confusión, y dolorosa desesperación
¡odio pensar que tendrás un nuevo hogar papá!.
Esta guerra entre tú y mamá me está dejando moribunda,
y hace congelar mi pobre corazón,
¿a dónde se fueron los almendros sin florecer?
¿aquellas semillas secretas que plantamos juntos en el jardín más profundo?
¡Dime que seguirás conmigo!
¡Déjame creer que... estarás junto a mí!
Ahora, ¿quién espantará las mariposas nocturnas de mis pesadillas?.
Llegué a este mundo entre ilusiones y besos
crecí con la idea de hogar con papá y mamá.
Tus buenos consejos las guardé en el alma, ahora debo ahogarlas,
terminaré naufragando en las aguas profundas de mis ojos tristes.
Hasta ahora, no tenía suficiente edad para comprender tu abandono,
pero hoy envejecí de golpe,
se esfumó aquel tiempo que guardaba para crecer a tu lado,
tenía jazmines entre miles de besos, abrazos y te quiero,
tenía luciérnagas para alumbrar tu mirada si hubieras envejecido.
Dentro de poco serás una visita más, de esos que vienen el fin de semana,
un extraño que viene a ver los ojos de sus conocidos.
¿Quién soy yo para juzgarte papá?
¿quién soy para decirte lo equivocado que estás?
algún diá también tendré un hogar,
les contaré a mis hijos que una vez tuve un padre
pero un mal día... se fue... de viaje, partió como marinero libre
para buscar su propio mar;
ante su dura ausencia,
buscamos desesperadamente al padre de los padres,
y vino DIOS para ocupar su lugar.
Que de aquel viejo marinero, ya no supe más;
pero lo busqué gritando mil veces:
¿Por qué te fuiste papá?