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― ¿Está tu. . . ―Empiezo a alcanzar el lado de su cabeza. Ella me mira. ―¡Lo hiciste a propósito!―Sí, lo hice―digo. ―Y deberías darme las gracias por ayudarte. ―Quiero explicarle lo de Eric y cuánto daño me quiere hacer y a cualquiera que signifique remotamente algo para mí, o como sé de donde viene su fuerza y quería recordarle, pero no me da la oportunidad.― ¿Gracias? Casi me apuñalas la oreja, y pasaste todo el tiempo burlándote de mí. ¿Por qué debo darte las gracias? ¿Burlándome? Le frunzo el ceño.― ¡Sabes, estoy un poco cansado para esperar que lo captes! digo― ¿Captarlo? ¿Captar qué? ¿Que querías demostrarle a Eric lo duro que eres? ¿Que eres sádico, al igual que él? La acusación me hace sentirme frío. ¿Ella piensa que soy como Eric? ¿Piensa que quiero impresionarlo?―Yo no soy sádico. ― me acerco a ella y repentinamente me siento nervioso, como si me estuvieran clavando algo en el pecho. ―Si yo quisiera hacerte daño, ¿no crees que ya lo habría hecho? ― la tengo lo suficiente cerca para tocarla, pero si ella piensa que soy como Eric, eso nunca sucederá. Por supuesto que ella  piensa que soy como Eric. Acabo de lanzarle cuchillos a su cabeza. Lo he arruinado. Permanentemente. Tengo que salir. Cruzo la sala y, en el último segundo antes de dar un portazo, empujo la punta del cuchillo en la mesa.

Four Donde viven las historias. Descúbrelo ahora