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Ese chico, no sé como se llama, pero si sé que le he visto más veces en clase. Pero él, nunca se había fijado en mi, ni siquiera mirarme. Que por cierto, lo sigue haciendo ahora mismo. Esos ojos, color café, me incomodan.

Creo que llega a notar, que me está poniendo nerviosa, ya que percibo su sonrisa de lado, que intenta disimular tosiendo. Tarde, niño desconocido, ya me he dado cuenta.

-Deja de molestar, Nick- le llama la atención el profesor.

Nick... así que ese es su nombre, interesante.

Le sonrío, como si me quisiera reír de él, ya que Julio le ha regañado.

La clase transcurre sin más interrupciones. Cuando suena el timbre, recojo mis cosas lo más rápido posible. Salgo al pasillo dirigiéndome a mi taquilla.

-Jessica- escucho detrás de mi.

Me giro, mis ojos se encuentran con los suyos.

-Jessica- vuelve a decir, pero esta vez más despacio.

-Q...Qué- tartamudeo, no sé por qué. Parece que le hace gracia mi reacción.

-Nada, solo que se te ha olvidado el libro en clase- contesta con un tono divertido. Lo miro las manos, y efectivamente, se me había olvidado.

-Gracias- le contesto, con una voz a penas audible.

Me doy la vuelta, y me voy hacia mi taquilla, sin despedirme.

Abro mi taquilla, y dejo mis cosas. Al cerrar la taquilla, me encuentro con un espectro, ese espectro es Zeke, mi querido mejor amigo.

-La próxima vez, me avisas cuando vayas a venir sigilosamente- le comento con una leve sonrisa.

Él me la devuelve. Zeke es guapo, seguramente tendrá a muchas chicas detrás de él. Es moreno con ojos azules. Siempre tiene el pelo revuelto, como si nunca se lo peinase. No es que sea un chico súper popular, pero si es medio famoso. Si no fuese mi mejor amigo, a lo mejor, en otra vida, me hubiese gustado. Pero ese no es el caso.

-Es hora del almuerzo- me recuerda -¿Te vienes? Voy a comer con los chicos- añade.

Los amigos de Zeke, me caen bastante bien, pero al ser la única chica, es un poco incómodo estar con ellos.

-Ah y te tengo que presentar a alguien-

-¿A quién?- pregunto, con un poco de curiosidad.

-Ahora la verás-

A dicho, "la verás" así que es una chica... seguramente será una de las novias de Zeke, esas que no le duran ni tres días. Intento estar un poco emocionada, pero al parecer no se me da tan bien actuar como pensaba, ya que Zeke hace una mueca de desaprobación.

-¿Nos vamos?- digo, intentando que el momento no se pusiese más incómodo aún.

Él simplemente asiente, y nos dirigimos al comedor.

La verdad es que tengo bastante hambre, me lo recuerdan mis tripas, que se llevan quejando desde que he salido de casa, será porque no he desayunado.

Llegamos a la cafetería, y está tan llena como siempre, la gente gritando, hasta incluso tirándose comida por algunas partes de la cafetería, mientras que no me toquen a mi vamos bien.

Aún que la cafetería esté llena, conseguimos coger lo que queríamos. Cuando vamos a sentarnos en nuestra mesa de siempre, Zeke saluda a alguien que no consigo ver. Hasta que la veo. Rubia, alta, delgada, con bastantes tetas... todo lo que un chico quiere ver. Esa será la "supuesta" novia de Zeke. Sus relaciones se reducen en unos cuantos polvos, y cuando se cansa, cambia, y busca a otra Barbie con la que jugar. Sí, así llamo yo a las chicas de Zeke, por qué son todas "guapas", y lo que me hace más gracia, sin sentimientos.

La chica se acerca cada vez más, cuando llega hacia nosotros, Zeke la agarra de la cintura, y la da un beso en sus labios.

Yo simplemente me aguanto las ganas de vomitar.

Pero por otro lado, siento celos, porque yo nunca he llegado a querer a nadie, ni a sentir mariposas en el estómago. Tal vez, porque no he tenido la oportunidad de que un chico se fije en mi. Y tampoco, he dado la oportunidad de que se fijen, llego a un momento que no me entiendo ni yo.

Mejor olvidemos lo que he dicho, y quedaros con lo de las ganas de vomitar. Punto y final.

-Jess, esta es Tifany, mi novia- LO SABIA

Finjo una sonrisa, y me siento a comer, si me espero más para comer, creo que me desmayaré, y no creo que la Tifany esa, sea la primera en levantarme.

Sigo comiendo, los amigos de Zeke hablan de partidos de fútbol o yo que se, y los otros dos tortolitos, hablan de lo suyo. Bueno, la única que habla es Tifany, de uñas o algo parecido, Zeke solo asiente con la cabeza y con una sonrisa. Nunca le había visto así con una chica, y eso que le he visto con muchas. Le veo algo en los ojos. Verle así es algo nuevo para mi, le conozco desde que teníamos 5 años, nos conocimos por nuestros padres, creo que si no fuesen por ellos, Zeke y yo no seríamos ni siquiera amigos.

Mientras que todos hablan, yo me siento un poco marginada.

El timbre suena, y me voy corriendo a mi aula, me toca Historia, y no es que tenga muchas ganas.

En medio de mi trayectoria, me agarran del brazo. Me doy la vuelta, y me encuentro con él. Con Zeke.

-¿Qué te ha parecido?- pregunta, al parecer, le importa mi respuesta, por eso dudo con lo que le voy a preguntar.

-¿Miento o te digo la verdad?-

-La verdad, por favor- susurra.

Me da miedo responderle.

Pero lo hago.

-Pues que es como todas las demas, Zeke- respondo un poco borde para mi gusto, no me gusta ser así con él, pero es que es la verdad.

No dice nada, tan solo se queda embobado en la nada.

-¿Cuánto lleváis saliendo?- pregunto por curiosidad.

-1 mes- responde con un poco de miedo, se lo puedo notar.

-¿1 mes?- digo casi gritando.

La gente del pasillo me mira raro, pero me da igual. Lleva saliendo un mes con la barbie ¿Y no me lo ha contando?

Sin pensarmelo salgo corriendo. Me ha fastidiado un poco, se supone que somos mejores amigos.

-¡Jeeess!- escucho por detrás, pero no me doy la vuelta, sigo corriendo.

Cuando llego a mi taquilla, ya estoy mejor, más tranquila. Cojo el libro de Historia y me dirijo a clase.

Llego a clase, y mis ojos en seguida empiezan a buscar esos ojos que tanto me incomodan. No sé porqué, pero cuando no llego a encontrarlos, mi corazón se oprime.

Siento unas manos, que se apoyan en mis hombros. Instintivamente pego un salto que parece hacerle mucha gracia a Nick.

-Lo siento- dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-No pasa nada- contesto con una voz nerviosa.

-Chicos, ¿Me dejáis pasar?- nos interrumpe el profesor.

Mierda, justo cuando empiezo a hablar con él, van y nos interrumpen.

¿Por qué estoy diciendo esto?

Bueno... voy a intentar olvidarme de lo ocurrido.

La clase transcurre tranquila, aún que aburrida. Queda como una media hora para que finalice la clase.

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YA SE QUE DE MOMENTO NO HAY MUCHA GENTE LEYENDO ESTO.
PERO QUERIA AGRADECER A MI AMIGA MARTA QUE ME HA AYUDADO MUCHO

NOS VEMOS PRONTO 💜

Prohibido. {NICK ROBINSON}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora