Steve Rogers

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"Te estoy entregando mi más grande tesoro"

Estabas contemplando tú vestido, era sin duda como lo habías imaginado desde pequeña, parecía cómo el de una princesa sin duda un sueño hecho realidad.
-Te ves preciosa - dijo Natasha - él es un hombre con suerte.
-Yo soy la que tiene suerte de tener al mejor hombre que pudo ponerse en mi camino - dijiste con una sonrisa.
Natasha al igual que tus otras damas de honor se encargaban de que nada estuviera fuera de lugar, todo debía ser perfecto o quizás a tú padre, Tony, le fuera a dar algo, él siempre quiso que la boda de su pequeña fuera la mejor de todo el mundo, ya que tú eras una Stark y no merecias menos.
Estabas nerviosa mientras veías una foto de la boda de tus padres, ambos se veían hermosos y esperabas que así fuera tú boda.
Tú y tu novio se comprometieron en París la ciudad del amor, Steve es muy cursi pero a ti no te importaba, tú lo amas con todo tú corazón y no te importa nada más.
En un comienzo Tony se negó a la relación, él no quería que estuvieras con un anciano pero al ver cuanto te quería o mejor dicho cuanto te amaba, decidió dejar de molestar, tú le Preguntaste como supo que Steve de verdad te amaba y él solo respondió que la manera en la que te miraba era la misma con la que el miraba a tú madre.
Ahora estabas frente al espejo arreglando los mínimos detalles.
-Te ves igual de hermosa que tú madre - dijo tú padre detrás de ti.
-Gracias papá - dijiste con una pequeña sonrisa.
-Ya es hora cariño - dijo para tomar tú mano.
-Estoy lista - dijiste para comenzar a caminar.
Al llegar a la puerta que separaba la sala donde estaban todos los invitados y el novio tú tomaste un gran respiró para luego comenzar a caminar de él brazo de él hombre más importante de tú vida. Sonaba la marcha nupcial y tú sentías cómo tus piernas temblaban pero al ver a Steve de traje ya no tuviste dudas y sonreíste el se veía perfecto. Al llegar frente a él sonreíste. Tony y Steve compartieron una mirada para luego entregar tus manos a quien sería tú futuro esposo.
-Cuidala, te estoy entregando mi más grande tesoro - dijo Tony con pequeñas lágrimas en los ojos
-La cuidare con mi vida si es necesario - dijo Steve.
Tú padre más tranquilo fue a tomar asiento en la primera fila de la sala, junto a los demás integrantes del equipo.
El pastor comenzó a decir el típico discurso de boda, hasta que llegó al momento más importante.
-Si, acepto - dijiste con una gran sonrisa.
-También aceptó - dijo Steve.
-Ahora puedes besar a la novia - dijo el pastor.
Ambos sonrieron para luego darse el beso que tanto esperaban desde que se habían visto esa tarde, se besaron demostrando cuanto se amaban y cuanto deseaban ese momento, por que al fin ambos eran marido y mujer.

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Dedicado a AgostinaGryffindor

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