CAPÍTULO 03.
Ella estaba tan perdida como Alicia, y el tan loco como el sombrerero.
Theo.
-Por favor Theo, no vayas, por favor no lo hagas - suplica Mila amarrando sus delgados dedos en mi brazo, me suelto bruscamente caminando a la sala en donde se encuentra el hijo de puta de Jean.
Entro y los gritos nos interrumpen, disparos y sirenas de carros policiales.
-¡La policía, largaos de aquí, ahora mismo, largaos! - grita el animador.
Agarro del brazo a Mila y a Jasmine, John corre detrás de nosotros, llegamos a mi auto, y John mira a Mila, entrelaza sus dedos con los de ella y se suben en la moto en la que ha llegado John, subo a Jasmine y conduzco.
-¿Estás bien, cierto? - pregunto y ella solo asiente -, distraerme para no volver y reventarle la cara a Jean.
-Como si no quisiera que lo hicieras, pero para que no te partan el culo lo haré, no vuelvas a tocarme en tú vida, por mucho que haya un huracán no me toques por favor - susurra ella.
-No entiendo...
-Solo no lo hagas.
-¿Qué es lo que te tiene tan perturbada?
-Algo que a ti, claro, no te interesa. - comentó ya de por si exasperada -, ¿a dónde me llevas?
-¿Quieres ir a tú casa? - pregunte sin despegar los ojos de la carretera.
-La verdad es que... no, pero Jean me matara si es que no llego...
-Ya, como si ahora yo fuera a permitir eso Jasmine. - asegure frunciendo el ceño.
-¿De qué hablas?
-Que ese hijo de puta estará entre las rejas en un tiempo cerca...
Ella me miro, lo sabía podía sentir sus ojos sobre mi, su aliento cambiaba a irregular y abrió la ventana soltando el aire.
-¿De qué lo conoces?
-Algo que, claro, a ti no te interesa. - repetí las misma palabras que ella.
-Eres todo un hijo de...
-Sí, mi mamá es bien puta, solo por eso no la defenderé. - ladré a Jasmine -, deberías controlar esa maldita boca, y callarte de una vez por todas, te mereces unas buenas nalgadas para que comiences a comportarte como se debe.
-Aja, claro. ¿Sabes? Ninguna mierda que salió de tú boca me interesa en lo más mínimo.
-¡Joder, que fastidiosa! - exclame.
Saque un cigarrillo de la guantera, mientras que veía a Jasmine quejarse y chillar enojada, estábamos fuera del auto, respirando el aire fresco que se encontraba esta noche, el motor del auto dejo de funcionar y nos quedamos en medio de la nada, a casi una hora de casa en coche, no me imagino cuanto sería caminando y tampoco quería averiguarlo. Caminaba de un lado a otro con las manos en la cabeza. Expulse el humo.
-Oh genial, un maldito fumador. - exclamo ahora, la ignore, me estaba a punto de romper la barrera de paciencia, la poca paciencia que me quedaba.
Me acerque a ella acorralándola a la puerta del auto.
-Deja de hablar de una maldita vez o te encierro en el maldito coche - así como hablaba el humo chocaba contra sus labios -, ¿entiendes o te explico con dibujitos?
Sus pequeñas manos trataron de empujarme, tenía resistencia para quedarme ahí sin moverme, pero no la quería incomodar; así que me aleje de ella a la medida que sus manos me empujaban.
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Hasta el final de los tiempos.
RomanceJasmine Slevin no es precisamente el tipo de chica normal, es bastante fría y un tanto... peculiar, con exactamente diecisiete años, va en su ultimo año de escuela y lo unico que quiere es poder escapar de las garras de Manchester. Obstáculos. Es es...