Fue
como el bombón de la almohada
en un hotel de lujo,
que nadie ha pisado.Bonito y estúpido detalle,
diabético al tanto.Un tanto serio, sentado en el borde de la cama,
junto a ti,
«bombón»,
recordé vagamente
que yo soy más de gel y champú.
Y esta vez añadí
una toalla blanca, como forma de compensar
que no eras para mí.