Quisiera golpear su linda cabezota ahora. Mark seguía hablando sin parar sobre su hermosa novia con grandes senos. No importaba,y aunque Mark fuera feliz con ella,nunca la aceptaría. Jamás. Nunca la he visto pero hoy sería el día en que la conociera. Hoy comenzaría la escuela,y para ser realistas,estaba muy entusiasmada. Muy.
-¿Estás escuchando?
-Sí. Hablabas sobre sus senos.
-Uy. Son perfectos y...- Levanté mi mano para que no siguiera hablando porquerías que no me interesaban. Miró mi mano con desprecio y siguió hablando. Revoleé los ojos con frustración.
Cuando íbamos camino a mi nuevo instituto,mi cuerpo se llenó de nervios. Mordí mi labio inferior.
-¿Nerviosa?- preguntó mamá. Solte una carcajada.
-Para nada.
-Perfecto,por que estamos llegando. Recuerda:Se sociable- La miré con una sonrisa. Yo no tenia ninguna intención de ser sociable. Apenas llegara,pasaría sin siquiera llamar la atención. No quiero que nadie sepa que Mark es mi hermano. Sé que es cruel,pero me avergüenza. Y mucho.
Ay. Por dios.
Era inmenso. Y genial. Traté de ocultarme por los pasillos. Pero de todas formas me miraban rarito. Dios. Jesús ayudarme. Estaba entusiasmada. Y nerviosa. Miré mi alrededor.
¿Por que mierda todos eran increíblemente guapos? Voy a moriiir.
Uno captó mi atención. Llevaba una playera de Nirvana y unos tejanos negros. Por poco me vio mirándolo,pero alcancé a desviar la mirada. Disimuladamente acomodé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja para verlo. Estaba mirándome. Sonrió de lado y se alejó.
Sabía donde estaba la secretaría,era obvio y predecible. Segundo pasillo a la derecha. Siempre. Caminé,fulminando a todos con la mirada. Cuando giré,mis expectativas eran reales. Ahí estaba. Saludé a una anciana,que se encargaría de mi horario y número de casillero. Cuando me los dio le sonreí de una forma amable. Ahora tenía que ir a clases de geometría. Piso tres,puerta 12. Subí por el ascensor,observando con detenimiento los botones. Era claustrofobia. Pero, en realidad, me da mas miedo ejercitar mis músculos,por eso subo ascensores,aunque me cague encima. Cuando se abrió,recorrí hasta el salón. Esto era escalofriante. Toqué la puerta tan despacio,que creí que no me habían escuchado,pero antes de que pudiera tocar nuevamente,la puerta se abrió.
Esto es una broma.
¿De verdad? Hasta el profesor era guapo. Aunque un poco muy adulto. Me abrió mas la puerta para que pudiera entrar y yo ya estaba roja. Agradecí que no me hiciera esa estúpido cuestionario al frente de todos. Mis ojos estaban atentos a cada detalle. Me senté junto a un niño con muchos lunares en la cara. Tengo que admitirlo,me senté con el por que quería,no por obligación. Tenía un bonito perfil,y lindos ojos,y lindo cuerpo. Bien,era lindo. Saludé. Pero este no cedió. Sin embargo,me ignoró. Bufé.
-¿Debería hablarte?- Me miró con incomodidad. No me preocupé de destilar odio,pero le dedique unas lindas palabras,que siempre iban a estar en mi vocabulario.
-Púdrete escoria.
Tomé mi bolso para irme,pero un quejido me detuvo.
-¿Primer día y empezamos con problemas? Tome asiento.
-Pero...
-Asiento dije.
Hice una mueca de desagrado y me senté con disgusto. A mi lado,escuché una risa burlona y silenciosa. Le mostré mi dedo corazón,y le sonreí con ironía.
-Mi nombre es Alec. Alec Watson.- Dijo sonriendo.
-Tus cambios de humor son increíbles. No sé,eres tan lindo.- Dije con más sarcasmo.
-Lo sé
-No lo dije enserio- Le aclaré al ver una radiante sonrisa.
-Lo sé.
Rodé los ojos y puse atención a los problemas de la pizarra. Los traspasé a mi cuaderno morado. Miré a "La bipolaridad en vivo" y estaba mirándome. Lo odiaba. Era tan insoportable. O yo muy idiota.
-¿Tienes algún problema,señor imbécil?- Le dije. Con más sarcasmo.
-Sí. Atracción compulsiva a las chicas sarcásticas y guapas.
Apreté mi mandíbula con furia. Seguí resolviendo el ejercicio de geometría con ayuda de mi calculadora. Fruncí el ceño cuando una sombra me obstruyó la vista a mi teléfono. Miré despacio hacia arriba. Mierda.
El profesor Adolf me miraba. Cerré los ojos. Tendió su mano hacia mi para tomar mi lindo y perfecto Samsung. Se lo entregué.
-No debería hablar por m...¿¡Qué!? Estabas usando calculadora. Niñita tramposa. A la oficina.- Escuché risas ahogadas. Con la cabeza baja caminé a la puerta.
-Espere señor Adolf. Yo se lo entregué. Fue mi culpa.- Alec se puso de pie. Fruncí las cejas. El profesor nos miró a ambos con confusión. Y asintió.
-En ese caso...ambos a la oficina. Gracias por su honestidad Don Watson.- Quise reírme al entender que el plan no había funcionado. En vez de reírse y sonreír, Alec me golpeó el hombro al pasar. Le seguí. Cuando cerró la puerta detrás de mi,me miró con furia.
-Maldita idiota. Ahora estamos en problemas.- Masculló.
-Tú fuiste el que quiso ocupar mi lugar. Y cuidado con tus palabras,puedo golpearte en el trasero tan pero tan fuerte que te dolerá por meses y no podrás sentarte en el baño tranquilo jamás.- Le señalé con el dedo.
Me giré y caminé hacia donde tenía que ir.
Imbécil...
Mark mostró una sonrisa llena de comida.
-¿Eso le dijiste?
-Sí.
-Esa es mi hermana. Me enorgulleces cada día Thalia Wells.-
-No digas mi nombre.- Me puse colorada. Odiaba mi nombre.
-Pero si es lindo,Ty.
-Solo cállate.- Le susurré.- Quiero estar sola.
-Anda a las gradas. Es una cancha que nadie usa. ¡Hoy juego Lacrosse!- Me gritó cuando me iba a la salida de la cafetería. Miré a una niñas que me señalaban. Kylie. Según me decían ella era la bastarda. Ella era la novia de Mark. Ella era la maldita. Le sonreí con malicia. Saqué la manzana de mi bolso con rapidez. Era ahora o nunca. La arrojé con todas mis fuerzas hacia su cara. Fue todo como en cámara lenta. Vi su cara de horror, y cuando la manzana bendita llegó a su nariz. Reí con fuerza y corrí a las gradas con la mayor velocidad posible.
Thalia...eres genial.
Hola,somos Isaa y Vero (Verónica Y Isadora),buenas amigas,lectoras compulsivas,escritoras,y eso. Esta es una novela romántica,pero no trillada (Típica no es). Hace poco hicimos otra novela,pero no salió bien,así que la borramos,pero esta es mejor.
Por favor lean y amen la novela como yo.
By: Isaa#
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Alec Watson
Teen Fiction-Sigo sin poder creerlo.- Me dijo con los ojos abiertos. Fruncí el ceño. -¿Qué? -Aunque haya mas de 3.500 dioses para adorar te quise adorar a ti. -Pero yo no soy un dios. -Lo sé. Por eso es tan díficil de creer.