La vida de los Signos.

6

~Virgo acá abajo~

Narra Tauro.

Me desperté, bostecé y me froté los ojos con las manos. Me incorporé un poco, volteé a ver a Escorpio que seguía dormida. Tomé mi celular y revisé mis redes sociales, no sin antes tomarle una foto a la del escorpión una foto mientras dormía.
Me pregunto si ella igual siente lo mismo. No había sentido esto por alguien, jamás. Sí, he tenido unas relaciones cortas con algunas mujeres, pero no era nada serio. Y con ella si siento algo fuerte, algún día tendré que decírselo. Suspiré y me levanté para ir a la cocina. Al pasar por el pasillo vi a un Leo peleándose con Libra porque él había llegado al baño primero, a una Aries diciéndole a Cáncer que Santa no es real, a un Piscis consolando a Ofiuco para que no se sintiera solo, a una Capricornio regañando a Acuario para que dejara de hablar con los vagabundos, y al bajar las escaleras vi a una Sagitario pegándole con el control de la televisión a Géminis.
Entré a la cocina y Virgo estaba cocinando.
—¡Hola, mamá!—le dije con una sonrisa mientras me sentaban en uno de los asientos de la barra.
—Hola, hija—dijo igual devolviéndome la sonrisa, creo que ya se acostumbro a que le dijéramos así.
—¿Qué haces de desayuno?
—Es sorpresa, háblale a los demás.
—Bueno—dije mientras me paraba e iba con los demás.
En la sala ahora Géminis era el que le pegaba a la chica del arco con el control.
—Animales, vayan a la cocina—les dije mientras les quitaba el control.
—¡Bajen, el desayuno está listo!—grité desde las escaleras.
Fui a la cocina de nuevo y ya estaban los dos animales que se estaban pegando en la sala.
Me senté en el asiento de la esquina. Los demás fueron llegando y sentándose, la del signo de agua se sentó a mi lado y trate de ocultar mi felicidad.
Virgo tomó unos platos y empezó a servir lo que sea que haya hecho.
—Virgo..., ¿qué es esto?—preguntó
Leo.
—Tu comida.
—Pero son croquetas...—ahora hablo Libra.
—Ah, pero mucho pinche filtro de perro en Snapchat, ¿verdad? Órale, traga.
—¡Yo ni uso Snapchat!—dijimos Aries, Escorpio y yo al unísono.
—Pues sírvanse cereal—dijo Capricornio que disfrutaba de unos ricos chilaquiles.
—¿Y a ella por qué si le haces un desayuno bien?—se quejó Cáncer.
—Porque la amo—dijo Virgo acercándose para darle un pequeño beso a Capricornio.
—¡Ehhhhh...—empezamos a decir los demás signos mientras sacudíamos las manos—.... ¡Puto!—le gritamos mientras estibamos los brazos al signo de tierra.

—¡Ya lleguééé!—alguien gritó mientras abría la puerta. Ofiuco emocionado fue a ver.
—¡Zeus!—gritó Ofiuco mientras abrazaba a este.

(Shane Dawson como Zeus)

—¡No jodan, ya no cabemos aquí!—dije con mi plato de palomitas.
Virgo iba bajando corriendo las escaleras con una cuchara.
—¿Planeabas golpear a alguien con una cuchara?—le preguntó Acuario.
—No...—dijo Virgo mientras escondía la cuchara.
—Bueno, supongo que debemos construir una nueva habitación—dijo Piscis sentado en el sofá mirando Bob Esponja.
—No, que flojera, que duerman en la sala—dijo Libra mientras se tomaba fotos con el filtro de perro.
—Sí, que duerman en la sala—la apoyó Géminis.
—Bueno, entonces iré a dejar todo esto afuera—dijo Leo encogiéndose de hombros mientas tomaba el taladro y se iba a ponerlo afuera.
—Zeus y yo iremos a dar un paseo, ¡hasta luego!—dijo Ofiuco mientras tomaba la mano de Zeus y se iban.
—¡Adiós!—dijo con una sonrisa Cáncer.
¡Se me olvido algo! ¡Mañana es mi puto cumpleaños!
—¡Bastardos, mañana es mi cumpleaños!
—¡Vamo a hacer una fiesta!—dijo Escorpio.
—¡No, no quiero fiesta! ¡Vamos a un buffet!
—Oh, bueno—dijo la chica de agua encogiéndose de hombros.
—¡Por fin encontré a Ambrosio!—dijo Aries entrando con una ardilla.
—Cariño, que dijimos sobre traer animales a la casa—dijo Leo poniendo su mano en el hombro de la ariana.
—¡Tú tienes a tu gato, Géminis a su cabra! ¿Por qué yo no puedo tener una ardilla?—dijo haciendo puchero.
—¡Se llama Chipotes!—dijo Géminis refiriéndose a la cabra.
—Bueno, tienes razón, yo tengo a mi Güero, tú puedes tener a tu Ambrosio.
—¡Ahuevo!—dijo Aries mientras se iba corriendo con Ambrosio al patio.

Fui a mi cuarto y prendí la Lap-Top, abrí Netflix y puse American Horror Story.
—¡Yo sí te amo Tate!—dije mientras lloraba y comía helado.

Vi toda la temporada de American Horror Story en una noche.
Escorpio me dijo que me quedé dormida y ella tuvo que taparme con una cobija. La empiezo a querer más...