Prólogo

271 85 76
                                    

La abuela me estrecho entre sus brazos, dándome el calor que nunca había recibido. Se hacía vieja y cada vez más sabia. Vivía de dicho en dicho, de día a día. Con sus historias me alegraba el corazón, y su risa inundaban la habitación. La abuela siempre me inculcó que amará mis raíces y que estuviera orgullosa del apellido que llevo. Ahora me doy cuenta de que hablaba y todo lo que eso significaba para ella. Comprendo ahora por qué la abuela amaba contarme de su niñez, y porque le brillaban los ojos cuando me describía el bello lugar dónde había nacido.

Italia es hermoso.. De eso no hay duda. Pero había olvidado mencionar que habría también tantos problemas con mis familiares italianos.

—El lugar me pertenece y por ende, tu también.—

—Yo no te pertenezco.—

—Eres la heredera de esto y yo el dueño, por lo tanto sí.—

Nunca hubiese imaginado que la herencia que se me había dejado tenía tantos problemas, ni mucho menos que me llevaría a un hombre como él.

Herencia ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora