10

21 3 1
                                    

Desde aquel beso que Patrick me dio, después de contestar a su respuesta, no he parado de pensar en la idea de volver a rehacer esa vida, que un día se destrozó en pedazos por una absurda mentira.

Bruce me llamaba todos los días, me preguntaba como estaba, pero no me atreví a comentar nada sobre la presencia de Patrick, ni del beso.

Patrick vino a visitarme tres de los 5 días que estuvo en la ciudad. Los otros dos días visitó a su familia. El día que su avión salía vino a mi casa.

-No podía marcharme sin saber qué pasará entre nosotros.

-No lo se. Debo hablar con Bruce, tú más que nadie sabe lo mucho que significaba y significa en mi vida. A parte también hay que pensar en que tu vida está en NY y Bruce está viajando continuamente, no estaría dispuesta a que nadie renunciará a nada.

-Entiendo. Cuando decidas algo, no olvides que nunca he dejado de quererte.

Su partida me dolio. Mi corazón fue oprimido hasta quedar sin una gota de sangre.

Una vez más mi mente se encontraba sin pensamiento alguno. Pasaron los días y Bruce no llamaba. Intentaba llamarlo pero saltaba el buzón.

Amaneció y mi humor estaba tranquilo, alegre. Sin razón. Mi cuerpo y mi mente tenían ganas de dedicarse a trabajar con entusiasmo y sin cesar. Por un momento encontré en el trabajo una pequeña salida para poder evadir tantos amargos sentimientos.

A la salida del trabajo, apoyado en un coche negro, lo vi. Estaba demasiado guapo. Su traje negro resplandecía.

-Estás muy guapo.

-Gracias, tú estás tan maravillosa como siempre.

-Pensé que estabas en Nueva York trabajando.

-Tenía que verte, hablar contigo.

Sin decir una palabra más subimos al coche y fuimos a mi departamento. Deje mis cosas en una mesita que se encontraba a la derecha de la puerta principal. Nos sentamos a pie de cama, y con un suspiro me deje caer, mirando al techo. Bruce hizo lo mismo.

-Siento haber estado tantos días fuera. Siento no haberte contestado, pero no me veía capaz hasta no poder encontrar una solución.

-Bruce, me estas asustando.

-Lo siento, no es mi intención.

-Entonces, dime ya lo que tengas que decirme.

-Está bien, me han dicho que me van a hacer fijo en Nueva York. La vivienda corre por la cuenta de la empresa, donde yo elija y tengo dos días para responder a la oferta.

-Vas a marcharte...

-Vamos, quiero que vengas conmigo.

-Pero tengo mi trabajo aquí.

-He pensado en eso y hay una editorial que estaría encantada de que formes parte de su equipo.

-¿Qué editorial? Bruce esto es muy precipitado.

-Lo se, pero lo único que tengo claro es que quiero estar contigo.

-He vuelto a ver a Patrick.

-¿Cómo?

-Lo vi en la fiesta, luego me acompaño a casa y hace unos días estuvo aquí.

-¿Por qué no me lo habías contado?

-¿Cuándo? si no me cogias el telefono.

-Perdoname. ¿Pasó algo entre él y tu?

-No, pero me explicó que él jamás me fue infiel.

Mi Fugitivo PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora