Mi mente todavía no procesaba y mi cuerpo no correspondía. Lo único que salía de mi boca eran oraciones incompletas y tartamudeos casi inaudibles.
––S-Steven, tengo que i-rme––dije poniéndome de pie torpemente y sintiendo mis piernas flaquear. Steven tenía la mirada perdida en única ventana de la habitación, la poca luz que entraba por ella iluminaba parte de su rostro haciendo que sus ojos brillarán con intensidad.
Y eso solo me ponía más nerviosa.
Tomé mi bolso y me puse mis zapatos lo más rápido que pude para poder salir de la habitación. No obstante, cuando ya estaba en la puerta sentí los llamados de Steven pero sin pensarlo dos veces lo ignoré bajando las escaleras tan rápido como mis piernas me lo permitían.
Sentía mi corazón apunto de salirse de mi pecho cuando escuchaba sus apresurados pasos atrás de mi.
––Kenz, Kenz espera. Detente por favor––lo oí decir en un intento por detenerme, por el contrario, apresuré mis pasos hasta el punto de encontrarme casi corriendo por toda su casa.
Me sentí estúpida por no saber dónde estaba o más bien donde se encontraba la puerta de salida considerando que ya había venido para acá.
Iba corriendo por toda su casa como una niña que sabe que acaba de hacer algo malo y huye de su madre para no ser regañada.
Doblé en uno de los pasillos todavía sin saber dónde estaba.
Joder, esta casa era muy grande.
Cuando doble en un pasillo y me percaté de que Steven ya no me seguía, no lo pensé dos veces y me adentré a la primera puerta que encontré.
Era grande con paredes de un Rosa pálido y estampado de mariposas. La cama era pequeña y se encontraba en un rincón junto con una mesita de noche. Al otro lado del cuarto se encontraba una caja repleta de juguetes y un gran ventanal.
Obviamente se trataba de la habitación de Emily. A menos que Steven tenga una obsesión secreta por las Barbies y el brillo labial.
Me senté en el borde de la cama y revisé mis mensajes.
Siete de papá y trece de Noah.
De: Papá. 5:03 pm.
Mackenzie, ¿Donde estás? Todos estamos muy preocupados por ti. Estamos en el campo de golf apunto de empezar a jugar, llega ya por favor.
Mierda.
Lo olvidé. Hoy papá iría a jugar golf con los Tadell. Joder, mi padre va a matarme.
Incluso por mensaje podía saber lo molesto que estaba y la regañina que me esperaba al llegar a casa.
No tardé en responder.
De: Mackenzie. 7:34 pm.
Tranquilo pa, estaré allí en dos minutos.
Lo envié y continué leyendo los demás mensajes. Incluso los de Noah, lo cuales no me apetece mencionar puesto que me da asco.
––Allí estas––la voz de Steven resonó en la habitación cuando el estuvo a mi lado. Guardé mi celular en el bolsillo trasero de mis jeans y lo miré a la cara por primera vez desde hace unos cuantos minutos.
––Si, aquí estoy, y ya me voy––dije cortante para volver a evitarlo saliendo de la habitación.
Ahora que lo pienso...se nos está haciendo costumbre eso de que yo huya de él y él me persiga como tarado.
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Un Trabajo De Dos
RomanceElla solo quería un empleo. El un ayudante para su tienda. Para él, una chica no era suficiente para cuidar una tienda, pues era una CHICA. Ella le demostrará que una chica puede hacer todo lo que un hombre haga. ¿lo logrará? ¿él la aprobará? Sígue...