Día 1

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Me despierto entre sábanas revueltas, las gotas de sudor, y el recuerdo de lo ocurrido la noche anterior.
Me siento sobre la almohada y doblo las rodillas.
Observo el cuarto en el que me encuentro.
Todo parece excesivamente caro.
La aglomeración de objetos de oro y plata resulta agobiante, y nada acogedora.
Tras analizar la habitación, paso a hacer lo mismo con el hombre tumbado a mi lado.
Es mayor, de entre 60 y 70 años, pelo canoso y con bigote, logrando un aspecto descuidado, pero elegante y enigmático a la vez.
Lleva colgado al cuello un anillo de matrimonio.
Viudo, los conozco a la perfección.
Regreso a la habitación, hay marcos tumbados por todas partes.
Murió hace poco, y le duele observar su imagen, sus ojos observándole.
Probablemente cuando despierte se sentirá culpable.
Sin embargo, al entrar me di cuenta de que el resto de fotos de ella que había en la casa, estaban de pie.
No soy la primera "dama de la noche" a la que recurre.
Seguramente, al principio todos estuvieron boca a bajo pero, poco a poco, el remordimiento fue desapareciendo.
En algún momento se olvidará de ella, solo pensará en sus necesidades sexuales...en sí mismo.

No dispuesta a ser yo la que lo lograse, me levanto y cojo mi ropa esparcida por el suelo.

Me dirijo hacia el baño.

Observo mi reflejo.

Hago un amago de sonreír, pero no lo consigo.

¿Qué motivo tiene para ser feliz una puta como yo? Yo no encontré ninguno, y lo sigo sin encontrar.

Soy de usar y tirar, aunque en algunos casos me reciclan.

Un par de lágrimas caen por mis mejillas, como dos ríos que desembocan en el suelo.

Dos ríos que nunca sufren sequía, porque gracias a mi pasado,presente y suposición de mi futuro,
nunca falta caudal por derramar.

Me quedo embobada observando cómo mis lágrimas se van tiñendo de negro, y van dejando un rastro de rimmel barato a su paso por mi cara.
Salgo de mi aturdimiento, y decido darme una ducha.
Me gustaría que fuese una ducha larga, pero cuanto más corta sea, antes me iré de este solitario y agobiante lugar, con paredes impregnadas de culpabilidad. Tanta apariencia de falsa perfección en la casa, hace que esta me resulte claustrofóbica.

Me meto bajo el agua, que discurre fría por mi piel. Cierro los ojos mientras las gotas caen rápidamente hacia mi cuerpo. Cierro los ojos mientras el agua se desliza por los tatuajes que cubren gran parte de él. Y suspiro. Suspiro pesadamente mientras mi piel se limpia de los hechos de ayer. Ojalá hubiese una ducha para la mente, que se llevase consigo todo lo que quisieras olvidar. En caso de que se pudiese, tendría la cabeza desterrada de recuerdos.
Cierro el grifo. Salgo. Me visto con la ropa hortera de ayer, que tanto odio. El barato modelito de puta que me toca ponerme, es una falda roja de cuero (que no deja lugar al uso de la imaginación de las partes que apenas cubre); unas botas altas hasta el muslo,con tacón de aguja y del color de mis lágrimas, acompañadas de un "top" a juego, con una palabra parecida a "playa" en inglés escrita en la zona del pecho. Top: pequeño trozo de tela que, en casos como este, no tiene las características de lo opaco. Y, en casos como este, ni siquiera tapa el ombligo, dejando ver el piercing que este contiene. Y el pecho...el pecho lo tapa a duras penas, aunque puede que mi sujetador rosa chillón no ayude a disimular nada.
Oigo sollozos. El pecador se ha despertado. Ya está llorando de culpa.
Ya está llorando de culpa, pero apostaría todos mis discos de música a que esta misma noche estará poniéndose hasta el culo de Negrita, mientras se insinúa a alguna otra prostituta en un bar no recomendado para buena gente. Tras vestirme lo más rápido que puedo, me hago un moño con mi pelo mojado, y lo cubro con mi peluca pelirroja y corta.

Cuando mi larga melena negra y lisa queda tapada por la asquerosa peluca, cojo mi bolso de imitación de la entrada (con el dinero ganado por el...trabajo de ayer), tomo prestad...¿qué coño? Robo dos billetes de cincuenta del abrigo del sucio pecador, y cierro la puerta dando un portazo.
Y me voy haciendo repiquetear mis tacones por el suelo, demasiado ornamentado para mi gusto. No sé, yo no tendría un suelo que representase un cuadro, calculo que, del siglo XVII, pero, para gustos los colores, y para putas, yo.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2016 ⏰

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