Noche y día

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Capítulo I


Era un día como cualquier otro en mi rutina de estudiante, mi amiga Paula y yo íbamos charlando un poco de todo, es mi única amiga, no porque yo no sea simpática, sino que nuestras personalidades son muy parecidas, nunca nos guardamos nada y siempre vamos hasta el final en todo. Cuando nos disponíamos a cruzar la avenida un inconsciente motorizados nos atropello, yo caí golpeando fuertemente mi cabeza contra el pavimento, a unos metros de mi vi borrosamente a Paula tendida y sin moverse, eso me aterrorizo, la gente empezaba a rodearnos y oportunamente llegó una ambulancia a socorrernos, la primera a la que atendieron fue a mi amiga.

-Hey mírame- decía una chica que sostenía mi rostro yo estaba un poco mareada.

-¿Qué pasa?- Fue lo que pude balbucear.

-¿Cómo te llamas? ¿Qué edad tienes? ¿Eres alérgica a algo?- tanta pregunta me confundía.

-¡Yo no me llamo!- recordé que esa pregunta me había hecho pasar vergüenza al empezar en la universidad- Mi nombre es Graciela.

-Bueno, por lo menos ahora sé que tu socarronería no sufrió daños- dijo divertida aquella chica- Ahora, Grace sigue mi dedo por favor- ¿Grace? Nadie me había dicho así, acto seguido puso su dedo índice frente a mí y comenzó a moverlo de lado a lado, acercándolo y alejándolo lo seguí hasta que me aburrí.

-¿Listo? O planeas marearme más de lo que estoy.

-¿Sientes algún dolor u opresión en alguna parte de tu cuerpo?

-Sólo en la cabeza- dije sentándome al tiempo que mi vista mejoraba considerablemente y pude ver que ella me dedicaba una sonrisa.

-¡Pérez la segunda chica está bien podemos llevarla sin necesidad de camilla!- ¿la segunda chica? ¡Por dios Paula!

-Mi amiga, ella- me interrumpió colocándome un collarín.

-Tu amiga estará bien, Pérez y Castillo saben lo que hacen, ahora estate quieta- ella comenzó a limpiarme la frente con algún liquido que me ardió al contacto.

-¡Bestia ten cuidado!- eso realmente dolía pero yo desconocía el por qué.

-Bueno por lo visto no eres tan fuerte como aparentas- comento divertida.

-Bueno ¿se puede saber que te tiene tan divertida?- no sabía el porqué su sonrisa me irritaba tanto.

-Eso lo sabrás en su momento ahora ¡vamos!

Acomodo sus brazos bajo mi espalda y piernas respectivamente cargándome hasta la ambulancia; me sentí frágil pero segura en sus brazos eso era algo extraño, vi donde yacía desmayada Paula, al verla con moretones, raspones y sangre me sentí muy mal y maldecía al hijo de puta que nos había atropellado, me aseguraron con un cinturón de seguridad, me suministraron suero, Paula salió de su inconsciencia quejándose y blasfemando eso era una buena señal conociendo a mi amiga, a regaña dientes respondió algunas de las preguntas de los paramédicos, yo sujete suavemente su mano en señal de apoyo y ella se tranquilizó, en parte por mi y en otra gran parte por los medicamentos que le estaban suministrando, el viaje era bastante movido se sentía que viajábamos a alta velocidad, mi vista termino de mejorar y pude apreciar a la chica sentada frente a mí, no debe tener más de 24 años, en su uniforme decía "Sturialle" su cabello castaño oscuro recogido en una cola alta, de piel perfectamente bronceada, labios delgados pero de un tono rosa provocativo, su rostro parecía esculpido en piedra, tenía una belleza distinta que te atrapaba, me quede un rato observándola, detallándola, hasta que me percate de su divertida mirada sobre mí, de inmediato me sonrojé y dirigí toda mi atención a mi herida amiga, arribamos al hospital central y de inmediato mi amiga desapareció, dejándome con mi divertida rescatista quien me llevó en silla de ruedas hasta una camilla.

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