Después del trabajo me dirigí a un gimnasio cerca de casa, lo encontré hace poco y con el también vino Andrés, mi entrenador, él ha sido como un hermano para mí, no solamente ha sido entrenador. Se lo ha ganado.
Estacione mi camioneta en mi lugar asignado en el estacionamiento y baje mi mochila de la parte trasera, después me fui directamente a la entrada, en cuanto entre vi a algunos habituales, que me he estado topando estos días, ya saben nada del otro mundo solo los salude con un gesto con mi cabeza mientras caminaba a la parte de atrás, ya que aún traía mi ropa del trabajo
-¿Qué pasa hombre?- Me dijo Andrés desde un lado donde estaban las escaladoras, si no estaba dando su asesoramiento como entrenador estaba con alguna linda chica, ya quisiera yo, pero les digo algo, no es que no me llamen la atención las hermosas chicas curvilíneas que veía muy seguido pasar por aquí, pero sinceramente, en este momento no creo encontrarme en la mejor forma, no solo hablando físicamente, para tener una relación, si bien aplico lo que algún vez estudie, espero estar en lo correcto.
Primero necesito estar bien conmigo mismo, poner bajo control todos esos demonios que estaban dentro de mi cabeza y que muchas veces creo que se han comido parte de mi alma, porque no quiero lastimar a nadie más o peor aún ilusionar a alguien o que me lo hagan a mí para después darme cuenta que no funcionara y en el proceso terminar con el corazón hecho pedazos y mi alma a medio comer.
Así que solamente con el sexo opuesto me limito y estoy al margen, ya saben ser educado pero que no creyeran que estoy coqueteando o alguna cosa así.
Y bueno teniendo en cuenta mi actual estado físico, no es que me esté quejando, al contrario, he avanzado muchísimo desde casi un año, pero la verdad es que no soy como que muy apetecible a la vista para las chicas y tampoco me mal interpreten he conocida a chicas que eso es lo que menos les importa, se los juro, pero no es como que de la mejor primera impresión.
-Nada hermano ¿Cómo estás? - siempre teníamos esta camaradería y me gustaba, el era un buen hombre, algo descarriado en eso de las relaciones, pero su corazón realmente es bueno
-Ya sabes lo de siempre ¿estás listo para tu sesión de hoy? - siempre me sacaba toda la mierda que traía dentro de mi cabeza con una buena sesión y hoy sería un buen día, ya que mis malditos sueños seguían asechándome.
Muchas veces he ido a todo tipo de terapia, poner en práctica los recursos que la psicología estaba poniendo a mi disposición, pero creo que esto no se arreglara, así como así, bueno no puede ser arreglado, yo no puedo ser arreglado, estoy roto para siempre.
-Siempre, solo déjame cambiarme- vi el gesto de maldad que puso Andrés, oh si señor me aplastara hasta no poder más y hasta que y no salga de mí una sola gota de sudor, el siempre sabía que es lo que necesitaba
Me cambie en los vestidores rápidamente por una camisa deportiva y unos shorts junto con mis tenis de entrenamiento y deje mi mochila en mi casillero
-Vamos enséñame lo que tienes- le dije a Andrés cuando llegue a su lado a modo de reto, el me indico que haríamos un poco de calistenia y de ahí en adelante malditamente me hizo sufrir. Maldije un par de veces, casi recordándole a su progenitora, lo siento, lo admito, pero esta sesión sí que me mato, es este momento soy un zombie.
El maldito sabe bien lo que hace.
Hoy trabajamos piernas y por supuesto en este momento son pura gelatina.
-Hombre, siempre me das una paliza- Le digo cuando termine de hacer el último set de repeticiones que me había indicado. Me siento cerca de un banquito, aunque la verdad por mí ya estaría en el suelo llorando como una maldita nena, tomo la toalla que traía conmigo y que empiezo a secar el sudor que está bajando por mi frente, bueno esta por todas partes, esto es un maldito sauna en este momento.
-Eres una niña que es diferente, después de este tiempo aun sigues quejándote- Me dice Andrés desde donde esta recargado sobre un aparato. El muy maldito se está riendo de mí y me avienta un powerade.
-No hermano, enserio, una maldita paliza. Pero sabes que lo agradezco, no seas blando conmigo- Le digo antes de tomarme el powerade, sabe tan malditamente bien.
Seguimos hablando por los próximos quince minutos, bueno sobre todo el, me habla de su nueva conquista o de la pasada, realmente no sé, a veces como en este caso, no le logro seguir el paso, porque a todas las llama nenas o mi chica, aunque nada es formal o serio, solo chicas a las que está trabajando para después acostarse con ellas.
-Andrés enserio, necesitas dejar de ser un mujeriego, un día de estos te meterás en algún problema y tal vez sea de los que tardan nueve meses en notarse y está ahí para toda la vida- Le digo mientras recojo mis cosas, al parecer solo le causa gracia, típico de él.
-Oye no seas aguafiestas, me cuido lo sabes, ves esta máquina , todo está bien calibrado, cero problemas- Me dice mientras me da una palmada en la espalda y sigue riéndose. Pero si, maldita sea, el hombre todo el día y todos los días trabaja su cuerpo, pero no por eso debería ser un maldito con las chicas.
Me despido y lo dejo, bueno el me deja, porque ya saben se distrae fácilmente con los culos.
Hago mi camino a las regaderas y hago lo mío. Cuando termino tomo mi maleta de mi casillero para irme por mi carro directo a casa con Rufus.
-Nos vemos hermano- Le digo a Andrés cuando paso cercas de él, pero no me hace mucho caso, solo me da un asentimiento, si creo que ella será la nueva conquista, nena o chica a yo que sé.
Antes de salir rebusco por mis llaves, ya que nunca se dónde las dejo y también me recuerdo que no me vaya a confundir con el carro de Andrés, ya que bueno tenemos autos iguales, solo el mío no trae una calcomanía en la parte de atrás, eso es todo por lo que las podemos diferenciar.
Al salir apenas se está metiendo el sol, siempre me ha gustado ver ese momento en que la luna y el sol se topan.
Al caminar más cercas de mi camioneta, veo a una mujer que está enfrascada haciendo no sé qué cosa a mi auto, reviso bien, si esta es la mía, no hay calcomanía. Ella ni siquiera sabe que estoy ahí, parece muy enojada, pero que carajos...
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ENCUENTRAME
Teen FictionMuchas veces llegas al limite de tonterias en tu vida, bueno ese es mi caso, mi nombre es Jed y decidi no mas mierda en mi vida. Y bueno aqui voy, espero hacerlo bien, pongo todo en ello. Pero al parecer mi maldito pasado no me deja ir y regresa una...