Poeta En Tiempos De Guerra.

ROMPIMIENTO EN 30 MINUTOS

Él dice que ella está bien.
Está pensando en lo que hizo ella.
Y a pesar del gran lío,
Plasma con espinas y pétalos su abismal cariño.

Ella dice que lo ama,
Que él es su caballero y ella su dama.
Pero le echa la culpa ...
Le echa la culpa de todo.
Está perdiendo la cordura en aquel infierno que su mente creó.

Bastaron 30 minutos
Y ella se volvió extraña a lo que él recordaba.

Fría.

Pusilánime.

Indiferente.

Lejana.

Él pensó que solo era un capítulo triste de su historia juntos,
Que todo mejoraría con el pasar de las estaciones.
Pero tomaba medicamentos llenos de mentiras,
Y encerraba la realidad en cajones.

Ella estaba hundida,
El demonio que salió de malos episodios la consumía
Él estaba ciego y encadenado a ella.
Y aunque las cadenas no eran visibles,
Al igual que su amor, eran reales.

Ella era la mejor cualidad de él,
Que si ella se iba él no sería nada.
Ya no sería nadie.
Sería un alma más sin algún aspecto especial.
Un defecto.

¿Y como no iba creer que ella era lo mejor de él?

A sus ojos era perfecta,
Una combinación peculiar que ella proyecta.
Ella no tenía ojos azules ni marrones,
Eran del más puro blanco al igual que la luna.
Sus labios rojizos,
En ellos relucía una galaxia entera con las estrellas de la más hermosa pintura.
Y sus delicados cabellos,
Coloreados del más adicto café

¿Y él?
¿No tiene nada?
La tenía a ella.
La amaba profundamente,
A pesar de que le desgarró el corazón a punta de lágrimas.

Él llenó su piel de garabatos con vidrio
Y su memoria de alcohol, repitiendo como en un circuito.
¿Porqué?
Su rosa favorita había desaparecido,
Ella se había ido.

Solo bastaron 30 minutos,
Y la caja con sus recuerdos se desvanecieron con la dulzura de ella.
Años de recuerdos.
Palabras escritas en diarios incompletos.
Cartas sin enviar,
Y promesas olvidadas.