Desperté algo dolorida en mi parte más íntima y todo lo que pasó ayer en la noche vino a mi memoria como si todo fuera una película.
Sonreí al sentir pequeños besos en mi cuello.- Buenos días.- dije con la voz algo ronca. Me aclaré la garganta y continué hablando.- ¿como has dormido?
- Mejor que nunca.-dijo besándome.- pero hoy hay insituto, así que será mejor que nos preparemos, he de ir a casa, así que vengo por tí en 30 minutos.
- Claro.-bostecé.- iré a bañarme.- me levanté enroyada en las sábanas y entré a la ducha. Tardé como unos 10 minutos y cuando salí, Daniel no estaba.
Me puse unos jeans y una camiseta blanca que traía en letras negras Evan Peters is my perfect type of boyfriend. Me puse mis superstar y bajé a desayunar encontrándome el desayuno ya echo. Sonreí y mientras desayunaba oí la puerta abrirse. Asustada corrí a por mi bate y bajé de nuevo.- No irás a golpear tu padre con eso, ¿o sí? - dijo aquel hombre que hace un mes no veía por temas de negocios.
- ¡Papá!-corrí hacia él y lo abracé.- te he extrañado mucho.- murmuré.
- Y yo a ti, cariño, pero ya no me vas a extrañar más.-dijo sonriente mientras se separaba.
- ¿Ya no viajarás más a Canadá?.-pregunté ilusionada. La empresa de la que mi padre era abogado se transladó hacia Canadá, y con ella, se llevaron a mi padre también.
- No cariño, vienes a vivirte conmigo.- dijo sonriente y en ese momento sentí el mundo caérseme encima.