Una Luz En Un Mundo Oscuro

Capítulo 3

-¡No!, socorro- Gritaba Luke
Se despertó sudando y con la respiración agitada, miraba a su alrededor buscando algo, o alguien que estuviera escondido, o a la vista para atacarle. Una vez distinguida la línea entre su sueño y la vida real, se paró a pensar en su sueño y dejarlo por escrito:
"Estaba en el bosque de detrás de mi casa, subido al árbol que subo siempre para poder ver todo lo de alrededor. Tengo un sentimiento de culpa, además de una premonición de que algo malo va a pasar. De repente un golpe se escucha, bajo rápidamente del árbol y me dirijo a donde crei escuchar el golpe. Al salir del bosque, no estaba en el pueblo, estaba de nuevo en la ciudad, allí me dirigí a toda prisa a un coro de gente que parecía estar observando algo. Me abrí paso entre la gente y lo que me encontré..."
No podía seguir escribiendo lo que se le había venido a la cabeza del sueño le desmoralizaba, a piso de nuevo nervioso y a hiperventilar.
Su abuela, entró en la habitación.
-Hijo,¿Qué te ocurre? Escuche unos gritos y vine.-
-Nada abuela, un mal sueño- Dijo el con tono poco convincente
-Bueno, esta bien, toma agua e intenta dormir. Buenas noches, tan dulces sueños- Dijo si abuela dándole un beso en la frente, y acto seguido sale de la habitación.
A la mañana siguiente, Luke no fue a clase, hoy tenía cita con el psicólogo, el cual le estaba ayudando a superar sus malos sueños. En sesiones anteriores, la psicóloga Rosslind le dijo que cada vez que soñara algo malo, relacionado con sus padres, inmediatamente escribiera lo que soño y volviera a dormie; entrgandole a la siguiente sesión esos sueños que escribiese.
Lula, entra en la consulta y se tumba en el diván, como le es ya de costumbre.
Rosslind de sienta en su sofá, saca boli y su libreta, y comienza a hablar.
-Cuentame- La dijo la psicóloga- ¿Has vuelto a tener un mal sueño?- Le preguntaba mientras apuntaba algo, lo cual Luke no tenía constancia de lo que escribía.
-Si, otra vez el sueño, pero esta vez el punto de partida es distinto, ya no empieza en mi habitación, si no en el bosque donde paseo habitualmente - Dijo Luke.
-Sigue-
-Luego al escuchar el golpe y salir corriendo a ver que pasa, aparezco en la ciudad de nuevo -
Se hizo un silencio, mientras sólo se escuchaba el roce del bolígrafo sobre la hoja del cuadernito de la psicóloga. Está ultilizaba un cuaderno negro de cuero, que aunque tuviera bastantes hojas, parecía que estaba a punto de agotarse.
-¿Y el final?- Le dijo rapidamente.
-Escribí como me pediste que hiciera, pero el final... El final no he podido escribirlo. Al recordarlo, sólo me entra un sentimiento de angustia y de culpabilidad...- Luke, apenado, baja la cabeza. Nota como reaparece a nuevo el sentimiento de culpa y angustia, este le provoca que sus tripas suenen, y a su vez hace que comience a llorar.
De nuevo, la psicóloga apunta.
-Luke - Dice seriamente la psicóloga Rosslind-Sabes que no paso por tu culpa, tu cerebro procesa esa culpa y esa angustia, la lleva al momento en el que más tranquilo estas, cuando estas en el bosque, y lo mezcla todo, tu recuerdo de ese día, los sentimientos etc. Provocándote así que te despiertes bloqueado, sudando y agitado- Revisa la libreta- Veo que vas avanzando y que poco a poco tienes control sobre ese sueño. Pero aún te queda tiempo para poder seguir.-
-No puedo más - Dijo con un hilo de voz y entre sollozos- Estoy harto de tener que soñar siempre lo mismo, despertarme y ver que no tengo a nadie más que mis abuelos a mi lado, no es sólo el sueño o los sentimientos que los suelos me provocan, si no el sentimiento de estar sólo de no poder contarle a nadie nada.-
-Tienes que buscar alguien de confianza en tu círculo, o añadir a alguien nuevo, la sesión de hoy ha terminado, entregame la hoja con el sueño por favor-
Luke hace lo que le pide y sale por la puerta. Su abuelo le estaba esperando en la sala de espera.
Hacía un día lluvioso, típico debido a la estación en la que se encontraba y el clima.
Cuando iban montados en el coche, su abuelo iba fumando un cigarrillo, el humo y su olor inundaba todo el coche. Nieto y abuela, sin intercambiar palabras, se dirigían a clase.
-Luke, no puedes seguir así, se que es duro perder a tus padres, no eres el único que ha perdido, yo he perdido a una hija, y aún así, intentó que eso no interfiera en mi día a día, por que sólo lo vuelve más gris y no me deja centrarme en las cosas. Te aconsejo que intentes distraerte, música, deberes, paseos, rodearte de gente. -
Luke no contestó, se limitó a seguir mirando por la ventanilla del coche.
Una vez en el complejo de edificios que conformaban el Instituto, Luke bajo del coche y salió.
-Gracias abuelo, te quiero- Dijo Luke con desánimo
Cerró la puerta y entró al edificio, aquí, fue hasta su taquilla, la abrió y cogió las cosas que necesitaba para la siguiente hora.
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Era la hora del recreo, Luke, sentado en un Banco de las afueras del complejo de edificios, tenía la mirada perdida y sólo pensaba en el sueño.
De repente algo le sobresalto.
-Hola- Rosa le sonreía mientras sujetaba con la mano derecha un cigarrillo- ¿Fumas?- Le pregunto.
-Rosa, debes de dejar de pegarme estos sustos. Y no gracias, no comparto vuestro vicio- Dijo aún con la mirada perdida.
-Luke, ¿Puedo preguntarte algo?- Le dijo mientras se sentaba a su lado.
-Ya lo has hecho pero vale - Contestó, escapandosele una pequeña risa.
-¿Por que no eres el chico que aparentar?-
- ¿Como así?-
-Transmites una energía positiva, aunque es débil, se que dentro de ti hay algo maravilloso que quiere salir, pero sin embargo hagas por los pasillos como un alma en pena, con una lánguida cara y paso de zombie. O vas con la música o estas solo-
-No te preocupes, sólo que no es mi mejor momento...-
-Bueno, aunque no nos conozcamos lo suficiente, tienes aquí una amiga para lo que sea, no dudes en pedirme lo que quieras, estaré dispuesta a ayudarte- Le sonrió se levantó y se fué.
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A la noche, estaba Luke postrado sobre la cama, no se escuchaba nada, el sólo escuchaba su pensamiento.
-Si hubiera ido con ellos... Si pudiera cambiar algo... Me odio, me odio tanto. Papá, Mamá si estas allí arriba, o donde queráis que estéis, espero que me oigas, lo siento mucho, os extraño. Mamá extraño tu olor, tus besos y tus caricias, tus enfados y tus comidas. Papá extraño tus maquetas y los fines de semana que pasábamos juntos montándolas, las maratones de series de las noches de lunes a viernes y el olor a after shave que desprendía siempre.-
De repente algo golpea la ventana que da al balcón. Lula abre la ventana y recoge una carta atada a una piedra, cuando se asoma por el balcón, no va a nadie.
Pasa y comienza a leer la carta.