Chasing Life (Gay)

Capítulo 1- Un nuevo comienzo

-Se han terminado las vacaciones-Dije en voz baja.

-Daniel,no te preocupes esta será la última vez que nos mudaremos, te lo prometo-Me dijo mi madre.

-Pero sabes que... toda esa historia del pasado... me ha estado haciendo mucho daño- Estaba triste por todo eso del pasado, bajé la mirada concentrándome en mirar un punto fijo en el suelo.

-Hijo,soy tu madre y sabes que te apoyaré en todos esos problemas, prometo que ya no volverán- Me mostró una de esas sonrisas que me calmaban.

Tomé mis cosas y subí a lo que seria de ahora en adelante "mi habitación". Dejé mi mochila, que tenía todas mis pertenencias y la dejé en mi cama. Agarré todo lo necesario para darme una buena ducha y me dirigí hacia mi baño personal.

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Ya eran las 16:30 cuando escuche el timbre de mi casa.

-Hola,pasen- Escuché a mi madre decir.

-¡Ven Daniel, ven Pablo!- Gritó mi madre desde el piso de abajo.

Me levanté sin ganas, bajé de mi habitación y me dirigí hacia mi madre.

-Daniel-Dijo mi madre- Ellos son nuestros nuevos vecinos, compórtate bien.

-Si madre- Dije sin ganas y poniendo los ojos en blanco.

Saludé a todos y me dirigí hacia la cocina. Abrí la heladera sacando la botella de agua y vertiendo un poco de su contenido en un vaso.Comencé a tomarlo, de repente comienza a salir sangre de mis encías,eso me pareció muy raro ya que era la primera ves que me sucedía.

Mierda-Pensé- Me abre golpeado- Le resté importancia, en ese momento entró mi madre.

-Daniel ¿¡Que pasó!?- Pregunto mi madre un poco asustada.

-No es nada- Le sonreí- solo me empezó a sangrar un poco la encía, no es nada de que preocuparse.

Después de eso la tarde paso normal. Estuve haciendo "amigos" ya que mis asquerosos vecinos pasaron toda la tarde en mi casa.

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Eran las 21:05, mi madre había comenzado a cocinar lo que sería la cena de esta noche, en eso nos llama a mi hermano y a mi. Bajé las escaleras y escucho una conversación de mi madre con alguien que desconozco por teléfono.

-Si,Okay- Hizo una pausa- ¡¿Que fue que?!- Las lagrimas empezaron asalir de sus ojos color esmeralda- Okay, se lo diré- Y en eso corta la llamada llorando.

Yo me acerqué a mi madre a paso lento y ella me abrazó fuertemente sollozando.

-Hijo...te aceptaron en Stanford.-Estaba contenta, ya que se le notaba en su rostro, esa maravillosa sonrisa que no me cansaba de ver.

-¿Q-qué?-Dije tartamudeando, la verdad estaba sorprendido- ¿Cuando me iré?

-Mañana por la mañana- Estaba tan feliz que lloraba.

-¿Vamos a comer?- Pregunté cambiando de tema, ya que no me gusta verla llorar.

Nos dirigimos a la cocina, mi madre llamó nuevamente a mi hermano y nos sirvió un plato con espaguetis.

-Pablo,tu hermano tiene algo importante que decirte- Dijo mi madre en tono serio, aunque su sonrisa la delataba. Ella estaba feliz.

-Hermano-Hice una pausa nervioso- Me aceptaron en Stanford.

Pude ver como una sonrisa se formaba en su rostro. sonreí.

-¿Enserio?¡felicitaciones hermano!- Dijo asombrado- ¿Cuando tienes que irte?

-Mañana por la mañana-Dije apenado, recordando que hoy seria el ultimo día que estaría con mi madre y con el por un largo tiempo.

Su sonrisa desapareció y comenzó a lagrimear.

-No llores, prometo llamarte todos los días- Dije sonriendo para tranquilizarlo.

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Era la media noche y yo seguía arreglando la maleta, coloqué toda mi colección de libros, ropa, etc.

-¿Puedo pasar?- Preguntó mi madre, sin haberle contestado entró a m ihabitación.

Se acercó a mi y se sentó al borde de mi cama, me acercó una pulsera con un nombre grabado en ella, no pude leerlo ya que estaba algo desgastada.

-¿Que es eso?- Pregunté confundido.

Mi madre me miró fijamente a los ojos, me tomo de la mano y allí dejó la pulsera.

-Esto...fue un regalo de tu padre antes de morir. Quería que... lo conservaras tú.

-Gracias madre, pero no puedo aceptarlo. Me traen recuerdos tristes- Traté de devolverle la pulsera, pero se negaba a aceptarla nuevamente.

-No hijo. Debes quedártela. Ahora ve a dormir que ya es tarde- Me dio un beso en la frente y salio de mi habitación.

Deje la pulsera en la palma de mi mano y me recosté en la cama, cerré los ojos y caí en los brazos de morfeo.

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-Te amo Daniel- Oí una vos lejana.

Traté de moverme, pero no podía, solo podía quedarme congelado mientras oía aquella dulce voz que se me hacia tan familiar. sentí unos brazos rodear mi cintura y de pronto unos fríos labios se depositan sobre los míos.

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Abrí mis ojos excitado, mi respiración estaba agitada y había sudado mucho en la noche. Sentía un leve dolor en mi entrepierna, lleve mi mano hasta ese lugar y solté un gemido ahogado.

Rápidamente cubrí mi boca y me levanté de golpe. corrí literalmente al baño,me quité toda la ropa y entré a la ducha, para aliviar mi erección...

Continuará...