Un año, había pasado exactamente un año desde que Matthew dio por terminada su relación y le costaba admitir, que aún no reparaba el daño que él le causo. Todavía no cabía en su cabeza que nunca lo volvió a ver desde ese día, para ella el 23 de Noviembre del 2010 había sido el peor día de su vida. Y es que, su rompimiento con Matthew le afecto más de lo que pudiera imaginar; Nunca volvió a la escuela después de eso, ahora tenía clases privadas y eso solo lo hacía por dos razones. Una, no quería volver a encontrarse con Matthew y verlo con cualquier chica de la escuela. Segunda, no quería salir de casa. ________ se había convertido en una chica que no sonreía ni reía a diario. No podía creer que su mejor amigo desde los 9 años la hubiera herido de esa manera y menos podía creer que él hubiera roto todos los lazos que la unía a él. Ahora solo tenía una amiga, Alice, la única que se quedó con ella cuándo todos se habían marchado.
- ¡Vamos ______! – Dijo Alice tocando la puerta de la habitación de _______. - ¡No puedes seguir así querida!- Le dijo Alice en todo suplicante. Y es que ver a su amiga así no le gustaba nada. Al ver que su amiga no le hacía caso tuvo que recurrir a otros medios.- ¡ABRE LA PUERTA EN ESTE MISMO INSTANTE! Y ES UNA ORDEN – increíblemente su petición fue obedecida pues en ese momento la puerta se abrió, dejando ver a una _______ totalmente diferente a la de hace un año.
Mientras la antigua ________ era muy risueña, que contagiaba su sonrisa a cualquiera que la viera, esta era todo lo contrario.
Parecía como si nunca en su vida viera visto la luz del día. Tenía grandes bolsas de ojeras bajo los ojos, su piel la tenía más pálida de lo normal y parecía que la comisura de sus labios le pesaba tanto ya que no había ninguna señal de una pequeña sonrisa. Tenía los ojos hinchados, cubiertos de lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Era obvio que se la había pasado llorando. Pero al parecer para Alice no era una sorpresa verla así.
No se molestó en ver a su amiga a los ojos. Tan pronto como abrió la puerta de su habitación para dejar entrar a Alice se dejó caer de nuevo en la cama, boca abajo con su cabeza cubierta por las almohadas para que así se ahogara el sonido de su llanto.
- _______, no puedes seguir así, tienes que superarlo y seguir con tu vida. – Alice miraba a su amiga seriamente y rezaba al cielo que esta entrara en razón.
- ¡No puedo! – Se escuchó que gritó ______ bajo las almohadas. Lentamente se levantó y se sentó en la cama, pero seguía abrazando su almohada. – ¡Es que nunca debí dejarlo ir de esa manera!
- No podías detenerlo. Fue decisión de él.
- Dime, Alice ¿Qué fue lo que hice mal? – Le preguntó a su amiga ignorando su comentario anterior. – ¿Es que acaso llegó un momento en que se aburrió de mí?
- Tú no eres el problema ______ -Alice la miraba con una mirada condescendiente. – Solo que el ya no quiso seguir. No eres tú, eso tenlo por seguro.
- Está bien. Pero, ¿Qué pasaría si le digo que volvamos? – Pregunto a su amiga con tono ilusionado. Alice vio un brillo en los ojos azulados de su amiga que hace mucho tiempo no veía.
- _______, no creo que sea buena.... –pero no pudo continuar ya que la rubia si hacerle caso se levantó de la cama con una sonrisa y una ilusión de niña que al parecer no le podrían quitar fácilmente.
- ¡Eso Es! – exclamó ______ como si acabara de encontrar la cura para el cáncer. - ¿y si lo voy a ver y le pido que volvamos? ¿Y si cuando me vea se dé cuenta de lo que dejo ir y que a la única que quiere es a mí?
- ________... - _______ miró a Alice con esa carita de perrito triste que solo ella sabe hacer y su amiga no pudo decirle que no. Sin embargo Alice sabía que esto no acabaría nada bien.
