Querida Holly.

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Al llegar Holly a su casa agarró la nota que siempre estaba en su porche, esperándola, fue a su recamara, dejo la nota encima de su escritorio y se tiro a su cama tan feliz como si de haber ganado la lotería se tratase.

Después de un rato de estar mirando al techo, pensando en lo que había pasado hoy se acordó de la nota y fue a leerla.

Querida Holly:

Hoy te vi feliz después de mucho tiempo, ¿se encuentra mejor tu madre?. Me gusta mucho verte sonreír, es como si después de la tormenta (y me refiero a tus ausencias, tu tristeza, tus desplantes ante tu cuidado), saliera el sol y supongo que ya sabes a lo que me refiero con que saliera el sol y si no lo sabes me refiero a que tu sonrisa es como la primavera, tan radiante y a la vez cálida. Extrañaba ver el brillo de tus ojos o escuchar tu risa tan fuerte retumbar en todo el pasillo por el motivo de algún chiste o algo que te haya causado bastante gracia.

Atte: Como quieras llamarme...

Holly miro bien la carta ya que le parecía haber visto aquella letra en alguna parte y no recuerda donde y a quien le pertenecía aquella caligrafía.