MacKenzie.
-¡DESPIERTA! – gritó una chica.
Me sobresalté en la cama, un poco confundido y perdido por la situación. La habitación se encontraba más iluminada de lo normal debido a que las cortinas estaban corridas, haciendo que el color crema reflejara aún más la luz.
-Despierta, despierta, despierta – seguía diciendo.
<<Voy a matarla.>>
Me volteé y Allison se encontraba saltando con mis lentes puestos al otro lado de la cama.
-Joder, es sábado – repliqué de mala gana mientras me daba la vuelta quedando boca arriba.
Lili se lanzó en la cama y empezó a saltar sobre está haciendo un escándalo. Me senté frente a ella y se detuvo, le quite los lentes, me los puse y con una mano poniendo la fuerza suficiente la empuje del costado izquierdo de la cabeza para que quedara acostada en la cama.
-Una hora más, por favor. –pedí.
-Son las 11 de la mañana, feo durmiente – se sentó nuevamente – venga, vamos a pintar mi cuarto.
-Me debes estar jodiendo. – contesté con fastidio.
Lili agarró una almohada y me dio en la cara, haciendo que mis lentes salieran volando a quien sabe dónde.
-Ese vocabulario no está permitido en este hogar – reprochó – cuando te laves, baja, mamá te dejo el desayuno en el micro.
Dicho esto se fue de la habitación.
Ayer había estado viendo la final de fútbol americano junto con Charlie, Allison se nos unió unos minutos cuando empezaron a cantar varios artista pero al terminar el espectáculo se fue a dormir, luego de eso, junto con Charlie empezamos a hablar y entre tanto, no nos dimos cuenta de que eran las 2 de la mañana cuando cada uno se fue a dormir.
Me lave rápido y baje por el desayuno.
-Buenos días, MacKenzie – dijo Charlie mientras revisaba el periódico y bebía una taza de café humeante.
-Buenos días, Charlie – le regalé una sonrisa de medio lado – Al menos no fui el único que se despertó tarde hoy.
-Ni lo creas, esa chica tiene más energía que tú y yo juntos – bajo el periódico – Me ha despertado para que la ayudase a sacar unos botes de pintura.
Charlie sonríe como si aquello fuese algo placentero.
-Vamos, el desayuno está servido, Kenzie.
Allison apareció detrás de mí, caminó y dejó el plato junto a Charlie.
Tenía un moño alto y desaliñado que resaltaba más de lo normal sus grandes ojos de color miel por su cabello negro e iba vestida con una ropa andrajosa.
-¿Qué me ves? – hizo un mohín.
-Solo veo que puedes hacerle competencia a un vagabundo – solté una risa y me senté frente al desayuno. Ella soltó un bufido.
-Apresúrate, tenemos mucho por hacer y no te preocupes que tengo un conjunto de ropa que te quedará divino – dio una palmadita en mi espalda y se retiró.
-¿Ya no te gusta el rosa? – pregunté mientras trataba que los viejos pantalones de Charlie no se me cayeran.
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Heartbeat
Teen FictionEs la historia de dos amigos de toda la vida que quieren cumplir todas sus metas. Sin embargo, en su camino se les presentarán situaciones que ponen sus sueños en riesgo y... ¿Quién sabe? Tal vez el corazón de uno de ellos empiece a latir por el ot...