Capitulo 3: El armisticio de la muerte

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           15 de enero del 2005, ahora que tengo corazón algunas cosas están saliendo mal para mi, estoy empezando a sentir piedad en persona que definitivamente no debo sentirla, se apoderan de mi sentimientos y pensamientos tontos como los de un humano, que fastidio el tener que lidiar con esto ahora menos puedo entender a los humanos, fue alago estúpido este trato. Estos últimos dos días he estado siguiendo a la chica de la otra ves, se llama Yuli Mendez tiene 17 años y cursa 11° de secundaria
la molestan por que sus padres están separados, su mamá engaño a su padre con un compañero de trabajo de el, todos en su colegio se dieron cuenta después de una imprudencia de una de sus maestras cuando en medio de una clase tomo como ejemplo lo que había pasado.

    —Dame tu dinero ahora— Aquí vamos de nuevo, ayer sucedió lo mismo me sorprende que siempre trae dinero y se los entrega sin que ellos la amenacen ni nada ¿en que pensara?

    —¿Por que haces esto?—Le pregunta al chico, que sorpresa al fin se atreve a decirles algo

     —De que hablas tarada, no es obvio necesito dinero las cervezas y los vídeo juegos no se pagan solos

     —Entonces trabaja, bago— «jajajajajaj» que ruda enserio quiero saber en que estará pensando, de seguro sabe que la golpearan por eso, creo que eso es lo que quiere para acabar con el dolor emocional tal ves

    —Ya veras

    —Ya basta— Grito justo cuando el chico estaba apunto de golpearla

    —¿Quien eres tu? ¿hace cuanto tiempo estas hay?— Pregunto el chico un poco asustado

     —Eso no te importa, ahora vete de aquí

      —Mas te vale que...

      —¿QUE NO TE HABÍA DICHO QUE TE FUERAS DE AQUÍ?— Le grite mientras me dirigía hacia el mirándolo a los ojos, lo tome del cuello, lo habiente hacia la pared — Escuchadme muy bien, no te quiero ver cerca de yuli nunca mas de lo contrario ...te matare— Creo que me pase.

 
Ya que, el chico salio corriendo ya no era el chico rudo de siempre creo que mi mirada sigue siendo aterradora aun con mi apariencia de mortal.

      —Estas bien— Le pregunte a yuli

       —No pedí tu ayuda— Respondió con ganas de llorar

       —Tomare eso como un si y tus lágrimas como un gracias, mira yuli no tienes que hacer esto para acabar con tu dolor emocional hay otras formas de hacerlo de resolver tus problemas

        —¿Según tu como?

       —Toma este bisturin, tiene 3 usos los cuales se te vendrán a la mente en el transcurrir el día

       —¿Quien eres?

       
          —Una vieja amiga— Respondí con una pequeña sonrisa

        Así que esto es la secundaria he, una manada de jóvenes inadaptados muchos con sueños y metas las cuales seria genial cumplirlas cada una de ellas a cabalidad, pero hay es cuando entro yo y cambio sus planes hago de sus vidas una rutina para que al final terminen en el suicidio o locura tal ves delincuencia, soy genial lo se amo mi trabajo, hay chicos guapos aquí en que rayos estoy pensando, tonto corazón mi cara parece un tomate cuando veo a un chico guapo, debo de estar enferma ahh me estoy convirtiendo en un mortal.

          —Lo siento eres nueva por aquí— Escucho la voz dulce y angelical de un chico apuesto y alto, ojos claros y cristalinos, pelo desordenado negro pero aun así se veía genial, era increíble

         —He... Yo...se...—Que tonta,¿enserio así actúan las chicas cuando ven a un chico apuesto?— Si soy... Nueva «jajaja»

         —«jajajaja» un gusto Benjamín ¿y tu?

          —No yo no me llamo si, solo tu lindo nombre— Que tonta, como es que pude haber dicho algo así

           —«jajajajaja» que chistosa, como te llamas— no había pensado en un nombre mortal, no le puedo decir que soy la muerte por que primero, no me creería segundo, lo espantaria, me tomaría como loca, en fin

            —Sharay* —perfecto pensé rápido uff
 
            —Lindo nombre, no lo había escuchado nunca

             —Es griego pero en fin— respondí

          Nos quedamos hablando por un largo tiempo de cosas sin sentido pero que de alguna forma nos hacia reír, entre a una clase donde estaba yuli, es una chica muy calmada creo que aun no ha decidido que hacer con el bisturin que le entregue o al juzgar por esas vendas en sus muñecas si tomo después de todo una decisión pero creo que fue lo primero que se le vino a la mente pero fue la mas sabía par su situación.

        Con todo esto se me a olvidado cumplir con mis obligaciones de muerte, creo que me estaba encariñando mucho con mi papel de mortal, me metí tanto en el papel de mortal que ya no tengo la premoniciones de la personas que van a morir creo que tendré vacaciones por unos da mas

             —Hola— Me dice yuli un poco tediosa

              —Hola yuli, por tus vendas en las muñecas se que decisión  tomaste

              —Mm si, me hace olvidar cosas— Respondió, aun conserva esa mirada y ganas de llorar creo que no lo hace hace mucho tiempo aunque parezca que lo hace a menudo

            —Bueno pues aun tienes dos opciones mas, puedes usarlas cuando quieras, si me necesitas solo avisadme

         —Esta bien— sentí que debía escucharla, que tenia muchas cosas por decir que tenia que desahogarse con alguien

         —¿Quieres hablar?— Le pregunte mientras tomaba su mano, estaban frías y temblorosas

         —No, gracias — respondió mientras miraba al suelo —no quiero hablar con nadie

          —En ocasiones no queremos hablar con nadie, pero si queremos a alguien que nos escuche, yo te escucharé

       Estuvimos por largas horas hablando, mientras lo hacíamos pude sentir todos los sentimientos de los humanos, del amor al odio del odio a la lujuria, del dolor a la paz de la paz a la guerra, de la alegría a la tristeza, miedo, ira, sosiego entre otros, yuli ha pasado por muchas cosas a pesar de su corta edad yo ya me hubiera cortados las venas

            —Nunca pensé que alguien me pudiera prestar atención, gracias— Me dijo después de terminar de contar lo que le había pasado, de repente empezó a llorar como un bebe desconsolado, no se que me pasaba en esos momentos, sentía como si mi corazón fuera presionado hacia adentro

            —Oye animo, se que no servirá de mucho pero, seré tu mejor amiga para que ya no estés triste— No se que estoy diciendo, se supone que soy la muerte no debo de ser amiga de nadie soy una deidad, pero recuerdo que ahora tengo corazón soy por ahora una mortal 

            —Gracias—Respondió y entre lágrimas dejo salir una hermosa sonrisa

"De algo hay que morir, dijo el gato romántico
cuando se enamoro por séptima ves"

Anónimo

El Corazon De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora