Capitulo 9

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Capitulo 9

Tres semanas más tarde

—¡Papá! — Se escucho la voz de JiMin  desde la cocina —¿Has visto donde diablos esta Jungkook?

— Hijo—, le regaño el compañero del alfa de la manada de panteras — cuantas veces te he dicho que tratas de ponerle freno a esa lengua tuya.

—Lo haré justo después de que encuentre a Jungkook, ese cachorro holgazán se ha vuelto a esconder y no lo encuentro— se quejo el chico mientras llegaba con una pesada caja hasta el corredor donde estaba de pie su papá.

El macho Beta era un hombre alto, de facciones finas y una mirada inteligente.

Llevando una mano hasta su cabello, trato de acomodar un mechón rubio que se le había escapado de la pequeña cola de caballo que tenia, dejando salir un suspiro se encogió de hombros— Déjalo solo— trato de disculpar al muchacho— sabes que tu padre lo trae loco con eso de la llegada del hijo del alfa de la manada de tigres.

El chico resoplo, rodando los ojos no se molesto en ocultar que ya le tenía cansado la misma cantaleta—. Mira papá —, trato de hacerse entender, dejando la caja junto a las otras en el porche, le dirigió una mirada de reproche al otro hombre— tú sabes también como yo que desde que regreso de su accidente en el río, no es el mismo.

El mayor de los Hombres se dejo caer en una de las sillas que estaba acomodadas en el corredor. Su pantalón de algodón se ceñia a sus piernas contorneadas.

—Ya hable con tu hermano— se encogió de hombros. Jin confiaba en su hijo mayor para que le ayudara a cuidar de los otros cinco cachorros más jóvenes— por más que he insistido para que me diga lo que le pasa, simplemente se encierra más en sí mismo y no habla con nadie.

—¿Crees que algún macho lo encontró durante la luna llena y lo lastimo? — JiMin no pudo evitar hacer la pregunta, un escalofrío recorrió su espalda de tan solo pensar en esa posibilidad. Sentándose en una silla cercana, estudio la expresión preocupada de su papá— ¿También tienes la misma idea?

— Fue lo primero que le pregunte— defendió su papá—. El simplemente lo negó. Dijo que nadie lo había obligado a hacer algo que no quisiera.

— No me gusta esto— se quejo JiMin, jugando nerviosamente con los botones de su camisa blanca—. Sabes, desde que regreso se sienta en el techo del establo, se queda allí toda la noche hasta que los lobos se cansan de aullar. Él está sufriendo y se niega a que alguien le ayude.
El papá observo a su joven hijo, todos sus cachorros compartían el mismo color obscuro de cabello que él había aportado a la sopa genética, pero todos ellos tenían el azul de la mirada de su marido. Su familia, al ser el compañero del Alfa, era toda la manada, muchas preocupaciones juntas, eso no había impedido notar como su pequeño cachorro día con día se hundía más en un mar de desesperanza, sin que nadie pudiera saber la causa de su enfermedad.

Jungkook estaba escondido en su forma animal sobre una rama del manzano que estaba cerca del corredor donde su papá y hermano cuchicheaban acerca de su miserable vida. Estar sobre el árbol le recordaba la primera vez que había visto al pulgoso burlista, clavando sus filosas garras se desquito con la pobre rama toda la furia que sentía al recordar al bastardo que le había roto el corazón. Solo imaginarse lo que debía de estarse riendo del gatito inocentón que le había dado el culo para que se desahogara durante su primera luna llena como adulto.

El dolor como siempre apuñalo su corazón, mordiéndose la lengua evito que su pantera maullara como un alma en pena exigiendo a su pareja. Días después de la separación, había descubierto que se había enlazado con el maldito lobo, su pantera no podía aceptar aparearse con ningún otro.

Cuando el lobo encuentra a su pantera. (ADAPTACIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora