H A C K S ||Pietro Maximoff|| [HIATUS]

Prologue.

"¿Está libre este asiento?" Preguntó el rubio que la había estado observando desde que él entró al cibercafé. Tenía un notable acento de algún tipo de país nórdico como Rusia o Noruega.

La joven no había escuchado su pregunta, ya que en sus auriculares se escuchaba la música ambiente de Súper Meat Boy acompañada de los sonidos del personaje, a todo volumen. Pero, sintió la presencia de aquel atractivo hombre al acercarse, así que puso el juego en pausa y bajó sus cascos al cuello.

"¿Qué?" Preguntó confundida. ¿Quién era ese chaval? ¿Qué quería de ella?

El joven rió ante la confusión de la muchacha. Parecía muy entretenida con su juego, incluso le había dado pena tener que interrumpirla.

"Te había preguntado si podía sentarme." Su brillante sonrisa dejó a la peliazul sin habla durante unos segundos. Su cerebro no reaccionaba, hasta que en unos cuantos segundos consiguió ordenar el desastre de pensamientos que aquel rubio había provocado en su mente.

"Emm... claro, siéntate." Ofreció ella con cierta duda. Aquel joven no le daba muy buena espina. Y con razón. Pietro no murió físicamente en Sokovia. Pero, HYDRA acabó con su mente como lo hicieron con el Soldado de Invierno.

El muchacho alzó una ceja.

"¿Desconfías de mí, niña?" Preguntó con cierto tono burlón. Ella frunció el ceño.

"No me gustan los desconocidos." Dijo con la desconfianza chorreando en sus palabras, mientras guardaba su ordenador en su mochila y recogía su café de la mesa.

"Oh vamos, no seas así. No estoy tan mal." Dijo el rubio divertido.

"Tampoco me gustan los rubios." Dijo seria. Esta situación le daba mala espina, aquel estúpido rubio oxigenado estaba tramando algo.

"Eso ya lo veremos." Susurró para él mismo, evitando que la joven peliazul pudiera escucharlo. Pero, a la joven no se le escapó esa perfecta sonrisa burlona que se formó en su angelical rostro. Seguido de un fuerte tirón en su brazo, el viento golpeando su rostro con fuerza y una horrible sensación de mareo.

Luego todo se sumió en la oscuridad y solo una oración quedo grabada en su mente.

¿A caso no lo viste venir?