He caminado tanto tiempo con mi corazón resguardado intentando ser invisible, luchando contra demonios y ocultando cicatrices.
Una princesa herida, fragmentada. Otra más entre el millón de mujeres inseguras. Otra más pérdida entre los laberintos de mentiras.
Pero un día decidí ser valiente. Tomé 18 años de mi vida las empaqué en dos maletas y hui a buscar todo aquello que no lograba encontrar, Hui para ser libre. Hui para perderme y reencontrarme.
Hui para ser feliz.
Dejando atrás todo, empezando de nuevo como un lienzo en blanco. Una página sin escribir, un libro nuevo. Aparentando ser una mujer sin pasado y sin demonios, aun cuando abundan muchos de ellos dentro de mí.
Entonces le conocí a él, una de esas almas que te hacen cerrar los ojos por lo brillante que son, de esas que te aterran porque sientes que pueden ver todo sobre ti sólo al mirarte. De esas que descubren tus secretos sin mucho esfuerzo.
Y todo se dio tan natural.... Cómo si hubiera sido escrito desde antes. Tomar su mano, besarle los labios, perderme entre sus sabanas y sus galaxias. Confiar en él.
¿Cómo puede suceder esto tan rápido?
¿Cómo mi alma desconfiada y herida puede lanzarse a sus brazos sin la mínima pizca de duda?
Entre tantos silencios, miradas, caricias, los recuerdos de todas esas salidas espontaneas me perseguirán hasta el final de mis días.
Él me ha hecho conocer amaneceres que nunca antes había visto, atardeceres llenos de besos y caricias. Él me ha hecho contar las estrellas mientras el mar ruge reclamando sus posesiones. Él me ha hecho ser siluetas de amor, me ha hecho ser susurros que son más fuertes que gritos.
Él me ha hecho sentir viva.
Él me ha demostrado que a la luz tenue de las estrellas todo es más frágil, más efímero. Y muchísimo más valioso.
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Almas encontradas.
RomanceAlmas que caminaban con la desesperada necesidad de encontrase, pero sin saber que se buscaban. Momentos efímeros y frágiles. Recuerdos sutiles que crean sonrisas eternas.