El legado de Johan Cruyff.

¿Se puede mejorar lo inmejorable?

En Junio de 2008 llego al Barcelona un viejo conocido de la casa: Pep Guardiola. Éste verdadero genio salió del club y se desempeñó ante la mirada del Camp Nou, siendo dueño de la mitad de la cancha y cosechando una buena cantidad de títulos en su palmarés como jugador.
Si bien le fue bien como futbolísta, esa versión no se asemeja ni compara a la que logró como DT unos años más tarde.
Retomando la historia, Pep desembarcó en tierras barcelonistas tras que el club haya decidido rescindir el contrato con Rijkaard, su antecesor en el cargo, tras dos temporadas en las que solo consiguió una Copa del Rey.
Una vez en el Barcelona, este estratega revolucionó la historia de éste deporte. ¿Su primer cambio de importancia? Hacer un equipo cuyo eje sea Messi. Y así fue. Lio jugaba tirado sobre la banda derecha, y de pronto pasó a estár unos metros adelantado y ahora sobre la parte central del terreno. Acompañado por Xavi, que con Rijkaard no tenía continuidad, como conductor del equipo junto con Iniesta, los cuales estaban respaldados por Sergio Busquets, los culés modificaron sustancialmente la forma de gestar situaciones de gol y de hacerle llegar las pelotas a los delanteros. Las ideas del "alocado" Pep desenmascaraban a base de fútbol muchos mañosos que lo rodean.
Y es que, con su Barcelona, nadie podía. No importaba que el árbitro esté comprado, que el césped esté crecido, que marques por hombre, por zona, de forma escalonada o libre. Ningún sistema táctico frenaba a aquel equipo que tanta belleza brindó a los ojos de millones de espectadores fascinados por lo que se manifestaba en España todos los fines de semana cuando el equipo baulgrana entraba al terreno de juego.
Su perfecto juego posicional, donde lo primordial era mantener la pelota a base de inteligentes pases, agregando la alta presión ejercida sobre el contrario para recuperar la posesión (apartado en el que siempre fue superior) eran la base de la perfección. Perfección que si no fuese por los jugadores con los que se disponía, no hubiese llegado a tal exagerado nivel: Piqué, un defensor central impasable tanto por tierra como por aire pero que si quería, podía jugar de enganche porque condiciones técnicas le sobran. Ahí estaba el asunto. Todos estaban entrenados para tener recursos para resolver cualquier circunstancia del partido. Quería destacar su labor (la de Piqué en el equipo, y de paso la de Pep entrenando a sus jugadores para jugar bien con la pelota), porque si bien nadie tiraba un pelotazo, Gérard siempre tuvo la lucidez para salir jugando sea como sea, al igual que sus compañeros, de manera muy estética y orgásmica cuando la situación lo amerita. De ahí, el juego llegaba a los tres del medio que hipnotizaban al rival a partir de toques rápidos y certeros, para que después todo caiga sobre el botín de Lionel y que él decida quién hace el gol.
Este sistema es el que usó Cruyff pero con ingredientes guardiolezcos que lo elevaron a la enésima potencia. Guardiola movió piezas claves y les dio una razón de ser. Les dio una importancia. Les dio un rol. Les pidió que tratasen a la pelota como se merece. Y no le fallaron. Guardiola con su ideología logró la edad de platino del Barça.
Muchos dicen, desde la ignorancia: "Mirá si no va a ganar todo eso con el equipo que tenía". Esos jugadores que Guardiola sacó multicampeones, eran casi los mismos con los que contaba Rijkaard. Entonces, mirá la importancia que tuvo éste hombre que con un par de modificaciones cuestionadísimas al principio, logró educar a una generación entera que hasta ese momento, no entendía muy bien de que iba esto del fútbol. Pep tuvo la culpa de todo y hay que estarle inmensamente agradecido, no tengan ninguna duda. Agradezco ver un entrenador de fútbol como este tipo y más agradezco que siga vigente, y buscando nuevos rumbos. Hoy se le dice entrenador de fútbol a cualquiera que tenga el título de DT y esté dirigiendo un equipo. Un entrenador de fútbol es aquel que entrena a sus jugadores con la herramienta más valiosa: la pelota. Guardiola entrena a sus planteles para perfeccionar la técnica de sus integrantes. Hace jugar en espacio reducido y usa metodologías de práctica muy eficientes durante la semana. Siempre, con la pelota entre los pies. ¿De qué me sirve poner a mis jugadores todo el día levantando peso? Si, en la pretemporada vas a lograr un excelente portento físico, ¿Pero de qué me sirve tener tantos músculos si cuando agarro la pelota no sé qué hacer porque durante los entrenamientos veo mas pesas que fútbol? Además, si los resultados no llegan y el nivel futbolístico es nulo, no te sorprendas: ganar es una consecuencia de jugar bien en la mayoría de los casos. Si vos no jugás bien, vas a perder mucho más de lo que ganás. Eso, provoca un bajón anímico en el plantel. Un bajón anímico, irremediablemente, trae consigo un bajón físico. Entonces, entrenaste a tus jugadores para nada.
Pep entrena a sus jugadores para que cuando salgan al campo, tengan bien claro que van a hacer y cómo. Por eso, casi siempre gana. Y cuando pierde, lo hace sin renunciar a sus ideas. Y siempre, pero siempre, un equipo de Guardiola cuando cayó, cayó dignamente. Porque acá perder dignamente es serle fiel a tus principios hasta el final. Aferrarte a lo que creés como lo mejor, y creer que eso es lo mejor, aún cuando las cosas no están saliendo, y sostenerlo. Y sostenerlo en la derrota también. Sostenerlo porque sabés que es algo prometedor.
Ese es Pep: un señor que sabe lo que hace, como lo va a hacer, y por qué tiene que ser así. Que supo perfeccionar lo inmejorable.
Dejando un poco de lado lo meramente futbolístico, y una vez expresada mi opinión, les paso a contar lo que este hombre logró en cuanto a títulos:

-3 Ligas.
-3 Supercopas de España.
-2 Copas del Rey.
-3 Supercopas del Rey.
-2 UEFA Champions League.
-2 Mundial de Clubes.

Ganar es una consecuencia de jugar bien, como ya dije. Y Guardiola te lo muestra: 14 títulos en 4 años.
Lamentablemente, en 2012 y tras quedar eliminado de la UEFA Champions League de 2012 en manos del Chelsea, Pep abandonó el cargo en el Barcelona y se despidió así como el más ganador de la historia del club. Pero su mayor logro fue sin dudas ser el autor intelectual del mejor fútbol de la historia: el FC Barcelona de 2009-2012.

Gràcies Pep.