El destino tras la ventana

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- Solo son rumores... —le contaba una esfera de luz con alas a otra igual— pero dicen que hay un hada capaz de viajar en el tiempo.
- ¿En serio? —preguntó intrigada la otra— ¿Y cómo lo hace?
- En el Templo del Tiempo hay una ventana muy alta. Dicen que el hada la atraviesa, pero no sale del otro lado, sino que desaparece en un destello de luz. Y cuando vuelve, dicen que anduvo visitando distintas épocas.
- ¿Viajar en el tiempo solo por cruzar una ventana? ¡Debe ser un cuento de hadas!

Ambas rieron por lo irónico del chiste, pero Navi, quien las había estado escuchando en la distancia, conocía la verdad...
Sin darles mayor importancia, echó a volar con dirección hacia el Gran Árbol Deku, pues había recibido su llamado, así como ya lo había recibido cientos de veces antes. Al llegar, el guardián del bosque le encomendó ir en busca de aquél chico que no tenía hada acompañante, y así la aventura inició una vez más.

En el principio, Navi era un hada totalmente inexperta. Sobrevolaba a los enemigos para que Link pudiera encontrarlos con mayor facilidad, sin embargo no podía hacer nada más. No conocía sus puntos débiles ni ninguna estrategia sobre cómo derrotarlos. Era Link el que siempre tenía que buscar la manera, y tras las batallas siempre le agradecía, pero eso no evitaba que Navi en su interior se sintiera bastante inútil... Se suponía que debía ayudar, pero lejos de eso, ella mas bien se sentía como una carga.
Al final, cuando Link devolvió la Espada Maestra a su pedestal, Navi supo que el propósito para el que fue creada se había cumplido, y que, como todas las hadas cuando su destino se cumple, desaparecería.
Avergonzada, aún dolida por su impotencia al no haber podido ayudar a Link, Navi voló hacia la ventana de la habitación del pedestal, sin siquiera despedirse. Únicamente llevando consigo el fuerte anhelo de haberlo hecho mejor...
Al atravesar la ventana, creyó que los rayos del sol la habían cegado momentáneamente, pero cuando el destello se disipó, y para su enorme sorpresa, se encontraba de nuevo en el bosque, frente al Árbol Deku que le pedía que fuese a buscar a Link.
¡Todo había comenzado de nuevo! Y Navi estaba decidida a hacerlo bien esta vez.

Ya habiéndolos visto una vez, Navi sí sabía sobre las debilidades de los enemigos. E informándole de ello a Link, evitó que éste saliera demasiado herido, comparado con la primera vez. Ahora Navi sí estaba orgullosa de sí misma. Pero conforme la aventura avanzaba, el inminente final también se acercaba...

Al verse una vez más ante la encrucijada final, Navi estaba satisfecha con los resultados obtenidos de su labor en esa segunda oportunidad que se le dio. Pero igualmente se vio invadida por la nostalgia, pues no quería desaparecer. ¡No quería que la aventura terminara! No quería separarse de Link...
Apresuradamente voló hacia la ventana, y esta vez la cruzó deseando volver al inicio. El flujo del tiempo se torció a su favor y su deseo fue concedido.

El cariño que sentía por Link creció tanto, que Navi hizo repetir toda la historia cientos de veces, con el único fin de permanecer a su lado siempre. Incluso tuvo el cuidado de pronunciar siempre sus mismos diálogos, pues temía que un pequeño detalle como una palabra fuera de lugar cambiara los hechos.
Pero... varios años después de vivir el mismo bucle temporal una y otra vez, Navi se dio cuenta de su error. Se dio cuenta de que estar con Link para ella se había vuelto una obsesión. Aunque cuidara de Link, no podía evitar que lo hirieran. Y cada vez que lo lastimaban, su pequeño corazón de hada también sufría. Y se dio cuenta de su egoísmo por haber condenado a todo el reino a repetir siete años de destrucción y maldad incontables veces, pero sobre todo, por haber condenado a Link a tan cruel e interminable tormento...

Habiendo descubierto todo esto, la última vez que Link hizo descansar la espada en el pedestal, Navi tenía un nudo en la garganta, el cual le impidió emitir una sola palabra. Voló despacio en dirección a la ventana sin decir nada. Los pequeños brillos que dejaba tras su vuelo en realidad eran sus lágrimas. Atravesó la ventana con un único y desinteresado deseo: que Link pudiera seguir con su vida.

Luego del destello cegador, al otro lado Navi se encontró con un espacio vacío en total oscuridad. La única luz manaba de sí misma. Era un lugar en el que el caudal del flujo del tiempo parecía haberse detenido.
Ya que seguía con vida, Navi comprendió que tendría un nuevo destino que cumplir. Sin embargo tendría que aguardar en ese sitio hasta que su momento llegara.

- ¡Oh, Link! Me merezco esta insufrible espera por todo lo que he hecho... Y después de todas tus heroicas hazañas, lo que tú te mereces es descansar, y ser libre...
Es curioso... Nuestra historia comenzó con un chico sin hada, y ahora termina con un hada sin chico... ¡Pero está bien! Acepto mi destino...
Probablemente me encargaré de ayudar a un descendiente tuyo. Probablemente no te vuelva a ver. Pero... si llegara a presentarse la oportunidad... ten por seguro que ahí estaré, para ayudarte cuando en realidad lo necesites, y no por mi caprichoso deseo...

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