-Solamente 5 segundos-

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   Dicen que sobre el final de la existencia la más efímera secuencia dura una eternidad, esa eternidad ha sido descrita en innumerables ocasiones por innumerables autores o víctimas. He oído y por infortunio jamás volveré a oír de aquellas personas que estuvieron al borde de la muerte, gente que gracias a su supervivencia ha logrado contar diversa cantidad de historias (una más horripilante que la otra) de cómo sobrevivieron y a punto de llegar al más allá; Aquella pequeña eternidad en donde se ve con una claridad única, acompañada de la reflexión más compleja posible, la totalidad de sucesos relevantes de aquella persona... Eso jamás lo creí. 



   Lamentablemente no soy muy bueno con las palabras, mucho menos bajo presión, simplemente me limitaré a contar lo presente. 


   Hoy es un día que hace pocas horas acaba de comenzar. Es una fecha que no recuerdo en un horario irreconocible donde me está sucediendo algo a mí, un sujeto cuya identidad actualmente es insignificante. 


   Soy incapaz de comprender lo que está ocurriendo. Por razones desconocidas del destino me encuentro posado sobre un profundo suelo, no reconozco dónde estoy y sólo sé que el suelo está recubierto de piedras, acero y madera colocada en sucesión. Hace frío y estoy aturdido, percibo todos los sonidos pero irónicamente un "todo" me imposibilita discernirlos. Mi cuerpo se siente en extremo pesado, no puedo moverme ni obviamente puedo trasladarme, siento como si una aplanadora estuviese posando sobre mi sólo con el fin de retenerme todo el tiempo posible. 



   Entre tanta confusión un lento campaneo hace eco lentamente, con mucho esfuerzo elevé mi mirada hacia una "superficie" quedando anonadado por tal confusa secuencia de imágenes que allí posaban para mí. Entre lo que parecen estrellas destacando sobre un azabache cielo, más a unos costados unas estructuras semejantes a puertos iluminados artificialmente, se puede divisar extrañas figuras sombrías y antropomorfas. No sé qué quieren ni qué es lo que buscan comunicarme, hasta una de ellas intenta llegar hacia mí acercándose con su mano... Es gracioso, porque apenas puedo reaccionar por semejante presión que ejerce un "algo" sobre mi cuerpo. 



   Quizá a causa de gritos irreconocibles soy capaz de comprender la realidad así como mi estado... De manera veloz, casi como si el tiempo recuperase su flujo natural, doy una vuelta completa para ver qué tengo detrás. El sonido del cuerno acompañado de los aterrados espectadores es más que un indicio de que ya es tarde para mí. Aquel vehículo de transporte ferroviario humano, inmutable ante mi presencia, está a punto de arrollarme así sin más. ¿Cuánto me queda? ¿5 Segundos? Soy perfectamente consciente de que no me puedo escapar... 



   Muchos intentarían escapar en vano, por mi parte preferí quedarme inmóvil y aprovechar mi pequeña eternidad para pensar en mi vida; Mi familia, mi pareja, mis amigos, mis compañeros, mi perro que olvidé alimentar, los proyectos que hice, los proyectos que me hubiese gustado hacer y más importante que todo: mi madre... ¿Qué estará haciendo mi madre? Espero que esté bien, que no tenga que venir a verme a mí ni mucho menos a presenciar una noche manchada de carmesí.  



Mi último aliento es el más visible así como es la respiración en invierno, disfruté cada palpitar, cada milésima en este mundo, aunque los espectadores no se percaten estoy muy agradecido con ellos por tan buenas intenciones... Estoy extenuado, congelado, viendo como desvanece el vapor de mi último exhalar... 



                Los 5 segundos pasaron y hace frío... 
                 Al menos a donde voy podré descansar. 

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