1° Suicidio:

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―¿Quién eres tú?

―Sólo dame ese cuchillo.

―¡No, lárgate! ¡Tú no eres nadie!

―Yo soy tú ángel.

―No, es imposible, tú no eres él.

―Lo soy, mírame a los ojos.

El cuchillo ensangrentado lentamente cayo de sus manos, moviéndose como en cámara lenta hacía el frío suelo, el cual estaba levemente manchado con mínima sangre pero la suficiente como para preocuparse; Esos cortes eran superficiales pero realmente peligrosos para provocar un daño mayor si no se curaba correctamente. Los ojos de YiFan más abiertos no podían estar, observaban los del pelinegro como si fuera el mismísimo diablo en persona pero la diferencia era una sola, no era un ser malo, era uno bueno y aquel que en sus sueños aparecía para mostrarle un mundo diferente, una clase de mundo paralelo donde la maldad y crueldad no existían en su vida, solamente una vida llena de serenidad y felicidad infinita.

―Tú... ¿Por qué?

―Aparecí en el momento en que atentaste contra tu vida la primera vez.

Sencillamente no lo podía creer, fijándose bien en su rostro lo notaba, era aquel chico en aquel fatídico día donde había atentado contra su vida por primera vez, detuvo todos sus temores y lo hizo dormir sólo con un toque en su frente. Esa mano tan cálida y tersa, que con su toque hizo como una clase de hechizo que provoco el cierre de sus ojos, abrazándose lentamente en el cuerpo de Morfeo. Esa fue la primera vez que le vio y sin querer, olvido su rostro como por arte de magia.

―¿Por qué me lo dices ahora?

―No podemos revelar nuestra identidad a los seres humanos.

―Pero... Lo hiciste en este momento.

Temeroso, su cuerpo empezó a temblar, sobretodo sus piernas que flaqueaban de a poco y sentía que caería al suelo. ChanYeol cerró sus ojos en esa oportunidad, en total silencio sus labios se movieron dictando una clase de frase en otro idioma que el mayor simplemente no pudo leer.

―Sacrifique mi vida por darte una oportunidad más de vivir, estoy cometiendo "suicidio" por ti.

―¿Por qué?

―Porque me enamoré de ti y simplemente ya no te quiero ver en estas condiciones.

Lentamente se acercó hasta el humano, el cual no podía estar más sorprendido, viéndole con esos castaños ojos directamente y esa distancia entre ambos, desapareció. La pálida mano de YiFan fue tomada por el ser mitológico, quien se inclinó sólo un poco y así poder llevar sus cálidos labios hasta la herida realizada por aquella filosa hoja minutos atrás, y sin esperarlo, la cortadura de forma increíble se fue cerrando y sanando por completo; El ambiente se volvía nubloso en su perturbada mente pero su cuerpo de forma asombrosa seguía de píe y se sentía flotar.

―¿Desaparecerás?

Sus labios fueron callados una vez más pero en aquel instante, jamás espero ese suceso. Nuevamente esa cálida mano sujetaba una de sus mejillas y aquellos labios tan carnosos, besaban los suyos como si fuera un sello para dejar de hablar un buen tiempo y eso logró ChanYeol, besando por primera vez esa pequeña boca rompió una de las normas más sagradas de entre los ángeles, "enamorarte y besar a un humano". Sin voluntad propia, los labios del ángel danzaron por sobre los contrarios cuando recibió la autorización de YiFan, joven quien con algo de torpeza respondió de aquel gesto sin medirse consecuencia. Ambos mantenían sus ojos cerrados, se besaban sintiendo que el mundo exterior simplemente no existía, como tampoco un mundo para ambos y su amor, porque de alguna forma, el corazón del humano latía con fuerza en ese momento, demostrándose una vez más que estaba vivo, a pesar de que el sujeto a quien besaba desaparecía lentamente, él lo sentía, YiFan sabía y lentamente dolía.

―Desde ahora el suicido no existirá para ti, vivirás una nueva vida llena de felicidad y este sello en tu muñeca, te recordará y bloqueará aquel tabú para siempre.

Sus palabras más claras no pudieron ser y al abrir sus ojos con lentitud, vio que el ángel ya no estaba pero algo brillo y ardió en su muñeca, lugar donde hace un momento atentó contra su vida, claro como ChanYeol había dictado, una clase de marca apareció; Si lo analizaba un poco, parecía un tatuaje y su forma era la de un dragón con sus alas desplazadas hacía los lados.


 "El suicida es el antípoda del mártir. El mártir es un hombre que se preocupa a tal punto por lo ajeno, que olvida su propia existencia. El suicida se preocupa tan poco de todo lo que no sea él mismo, que desea el aniquilamiento general." -Gilbert Keith Chesterton.

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⏰ Última actualización: May 17, 2016 ⏰

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