Caso#2

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Yo me alimentaba de ella todos los días, como un vampiro se alimenta de sangre, le hacía el amor siempre, siempre mejor que el día anterior.
Un día decidí "probar otra sangre" y me sentí extasiado al momento de hacerlo, sentí como se desenfrenaban mis sentidos y quería "beber" más de esa sangre.
Me sentí poderoso, dominante, que tenía el poder de seducir a cualquier damisela, pero mi cuerpo al mismo tiempo rechazó esas otras sangres, se había enamorado de unas células únicas, las de ellas, las primeras que probé hasta saciar mi sed y llenarla de placer.
Me sentí mal y envenenado de ambición, por querer poseerlas a todas y hacerle sentir ese placer que tiene mis colmillos, sabiendo que mis venas solo quieres un solo linaje de sangre, su sangre pura.

Vida en Pareja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora